Siete soldados del Ejército de Estados Unidos, que fueron los últimos que vieron con vida a su compañero Enrique Román Martínez, encaran cortes marciales a partir del 31 de mayo, acusados de conspiración y otros cargos.
Un soldado latino fue decapitado: los siete compañeros que lo vieron antes de morir enfrentan cargos
Los siete soldados no están acusados de la muerte de Román, pero encaran un cargo de conspiración y la desobediencia de una orden directa o regulación acerca de viajes de más de 80 kilómetros.
Juan Ávila, Álex Becerra, Joshua Curry, Benjamín Sibley, Annamarie Cochell, Samad Landrum y Samuel Moore fueron los últimos que vieron a Román vivo.
Los siete soldados no están acusados de la muerte de Román, pero enfrentan un cargo de conspiración y desobediencia de una orden directa o regulación acerca de viajes de más de 80 kilómetros desde Fort Bragg cuando había restricciones de viajes por la pandemia de la covid 19.
Al igual que los siete acusados, Román, de 21 años, pertenecía al Batallón 27 de ingeniería en la Segunda Brigada de la División 52 Aerotransportada, con base en Fort Bragg, en Carolina del Norte.
Los jóvenes soldados habían ido a acampar en la isla South Core Banks de Carolina del Norte y Román fue visto vivo por última vez en el festivo conocido como Memorial Day, el 22 de mayo de 2020.
Según la versión de los soldados que lo acompañaban, Román Martínez fue visto ese 22 de mayo alrededor de la medianoche, hora en la que, según ellos, todos se fueron a dormir dentro de sus carpas. Sin embargo, su teléfono celular y su billetera fueron encontrados en el campamento.
No fue hasta el día siguiente por la noche que los otros soldados llamaron al 911 para reportar la desaparición de Román Martínez, un hecho que aún resulta sospechoso para sus familiares. Seis días más tarde la autoridades hallaron su cabeza en una playa de Carolina del Norte, pero el resto de su cuerpo no se ha encontrado.
La oficina del médico forense indicó que no podía determinar si la decapitación fue la causa de muerte o si Román murió de alguna otra forma, pero sí señaló que las evidencias apuntaban a un homicidio.
El Ejército ha indicado que empleó miles de horas en la investigación de la muerte de Román, y ha ofrecido hasta 50,000 dólares de recompensa por información que conduzca al esclarecimiento de la muerte del soldado.
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