Cigarrillo de padre borracho causó incendio que mató a sus hijos; ahora es condenado a casi 13 años en prisión

Un hombre que aparentemente se quedó dormido mientras estaba borracho con un cigarrillo encendido en la mano, provocando un incendio en un condominio de Rancho Bernardo, al norte de San Diego, California, que mató a sus dos hijos, fue sentenciado el miércoles a casi 13 años en una prisión estatal.

En septiembre de 2019, López fue declarado culpable de dos cargos: homicidio involuntario y de poner en peligro a niños, y otro cargo por causar imprudentemente un incendio en un hogar habitado, con acusaciones de que más de una persona sufrió la muerte o lesiones corporales graves. En el mortal incidente ocurrido la madrugada del 28 de octubre de 2017 murieron sus hijos Isabella de 7 años y su hijo Cristos, de 10 años.

Investigadores de incendios determinaron que, dados los hábitos de fumar de López, la causa probable del incendio fue un cigarrillo encendido que cayó sobre su cama. Se encontró una botella derretida de whisky canadiense en el piso cercano. El contenido de alcohol en la sangre era de .22 unas horas después del incendio. Eso es aproximadamente tres veces el límite en el que se presume que los conductores de California están bajo la influencia del alcohol.

El vicefiscal de distrito Kyle Sutterley dijo durante el juicio que López se emborrachó después de una discusión con su novia, se quedó dormido y encendió un incendio en su cama.

No encontraron la evidencia

El abogado de López, Paul Neuharth Jr., argumentó que no había evidencia de que un cigarrillo causara el incendio mortal y que un teléfono celular defectuoso era una fuente de ignición mucho más probable.

No se encontraron ni colillas de cigarro ni el teléfono entre los escombros del incendio.

Después volvió a subir y comenzó a golpear las paredes y se desmayó por el humo en la parte superior de las escaleras, donde los bomberos lo encontraron más tarde, dijo Sutterley.

Según el fiscal, Cristos entró en la habitación en llamas de su padre, se cayó en el suelo y posteriormente murió en un hospital con quemaduras en más del 80% de su cuerpo. Isabella entró en la habitación de su hermano, se metió en la litera inferior y “afortunadamente nunca se despertó” después de desmayarse debido a la inhalación de humo, dijo Sutterley.

“Amaba a mis hijos”

En la audiencia de sentencia del miércoles, López negó haber abandonado a sus hijos y llamó al fiscal “una persona mentirosa” por afirmar lo contrario.

“Nunca abandoné a mis hijos, ni una sola vez”, dijo López. “Y todavía no los abandono porque sé que están conmigo”.

López dijo que las heridas que sufrió en el incendio fueron un resultado tangible de sus intentos de salvar a los niños.

“Amaba a mis hijos”, dijo López mientras se dirigía a la corte, diciendo que extrañaba los momentos más felices que compartían, que ahora se habían ido “por esta tragedia, por lo que sucedió”.

López, un exmarine, dijo que bebió para lidiar con el trastorno de estrés postraumático (PTSD) y otros problemas de salud mental con los que nunca se ocupó adecuadamente debido a su naturaleza obstinada y resistencia a admitir sus fracasos.

En un momento durante la declaración de López, uno de los miembros del jurado del juicio, Larry Simpson, salió furioso de la sala del tribunal, implorando a López que “¡Acepte la responsabilidad de sus acciones (insultos)! ¡Esto sucedió en tu tiempo (insultos)!”.

Después de la audiencia, Simpson, también un exinfante de marina, dijo a los periodistas que las declaraciones de López fueron un intento de autograndecimiento para evitar su culpabilidad.

“Él sigue escudándose que es un marine y que tiene PTSD y ansiedad”, dijo Simpson. “Si lo siente tanto y es tan humilde como dice ser, ¿por qué no lo acepta?”.

“Despertar con un infierno”

La madre de los niños y la exesposa de López, Nikia López, también acusó a su exesposo de no aceptar la responsabilidad de sus acciones y de ser abusivo verbal y físicamente durante su matrimonio.

“Si me fuera y no volviera, esa era tu promesa, que me quitarías todo, incluidos mis hijos y tú lo hiciste”, dijo. “Has tenido éxito. Me has destruido No me has derribado, pero has destruido mi vida”.

Nikia dijo que todavía conduce con las pertenencias de Cristos e Isabella en el asiento trasero de su automóvil. Las fotos de su familia ahora se toman con una pelota de baloncesto, que representa a Cristos, y orejas de gato, que representan a Isabella.

Además de visitar sus tumbas en sus cumpleaños y días festivos, Nikia dijo que guarda mensajes de correo de voz que los niños dejaron en su teléfono celular para que aún pueda escuchar sus voces.

“Me despierto todas las mañanas en el infierno”, dijo Nikia.

Aunque no se encontró evidencia de una fuente de ignición definitiva en la habitación de López, el fiscal Sutterley dijo que los investigadores encontraron un vaso en el área donde comenzó el incendio que pudo haber sido utilizado como un cenicero improvisado. Los fiscales dijeron que un vaso similar lleno de unas 75 colillas de cigarrillos desechadas se encontraba en un bote de basura en el garaje de la casa. Sin embargo, no se encontraron colillas dentro de la habitación.

El abogado defensor, Neuharth dijo al jurado que no había pruebas de que un cigarrillo encendido hubiera causado el fuego, y que la única evidencia de fumar dentro de la casa provenía de Nikia, quien dijo que una vez lo vio fumar marihuana en su habitación.

Una “inferencia razonable”

Henry López dijo a los investigadores que solo fumaba en su patio exterior y nunca dentro de la casa, particularmente debido al asma de su hijo.

Wayne Whitney, un investigador del equipo de ataque incendiario Metro Arson Strike de San Diego, testificó que a pesar de la falta de colillas en la habitación quemada, fue capaz de hacer una “inferencia razonable” de que los cigarrillos provocaron el fuego, por medio de la supuesta denuncia del hábito de fumar de López.

Whitney admitió que el teléfono celular era una posible causa del incendio, pero dijo que no creía que hubiera provocado el incendio del condominio si estuviera debajo de la almohada de López, ya que la falta de oxígeno habría sofocado el incendio y evitado que se propagara.

Sutterley dijo que las quemaduras que López sufrió en su espalda, brazos y particularmente su mano fueron más consistentes con sostener un cigarrillo encendido, en lugar de que un teléfono celular se encendiera debajo de la almohada. Argumentó que, si hubiera sido un celular, debía haberle causado quemaduras en la cabeza.

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