Estados Unidos no ha renovado un importante paquete de ayuda a Filipinas debido a "preocupaciones significativas" sobre el estado de derecho bajo el presidente Rodrigo Duterte, dijo la embajada estadounidense el jueves.
Estados Unidos cancela ayuda a Filipinas un día después de que Duterte confesara que mató a varias personas
"Preocupaciones significativas sobre el estado de derecho y las libertades civiles en Filipinas" han llevado a EEUU a paralizar una ayuda de casi 434 millones de dólares. Duterte ha confesado haber matado al menos seis personas.

"Esta decisión refleja las preocupaciones significativas del Consejo sobre el estado de derecho y las libertades civiles en Filipinas", dijo la portavoz de la embajada Molly Koscina en un comunicado conocido luego de que el país no fuera seleccionado para una nueva donación de la Corporación del Desafío del Milenio.
La subvención anterior de cinco años, que ascendía a 433.9 millones de dólares, expiró en mayo de este año.
Este miércoles el presidente Rodrigo Duterte confesó ante un grupo de empresario que cuando fue alcalde de Davao (al sur del país) personalmente mató a varias personas para dar ejemplo a la policía.
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Estados Unidos ha sido un crítico de la guerra de Duterte contra las drogas, que ha cobrado más de 5,000 vidas desde que asumió el cargo hace casi seis meses, muchas de ellas ejecuciones extrajudiciales, según reportan organizaciones de derechos humanos.
No es de extrañarse. Poco después de ser investido como presidente, Duterte dijo en su discurso: "Si conocen a adictos, mátenlos ustedes mismos, porque pedírselo a sus padres sería demasiado doloroso".
Esa violenta campaña contra el narcotráfico ha sido fuertemente criticada por grupos de defensa de los derechos humanos y organismos internacionales y continentales como la ONU y la Unión Europea (UE).
Las críticas al mandatario filipino, incluyendo las del presidente Barack Obama, han tensado gravemente los lazos entre los aliados de mucho tiempo.
Duterte llamó "hijo de puta" a Obama y le dijo que "fuera al infierno", mientras buscaba establecer lazos más estrechos con los rivales estadounidenses, China y Rusia.
La Corporación del Desafío del Milenio anunció el miércoles que se habían otorgado nuevas donaciones a Burkina Faso, Sri Lanka y Túnez.
Koscina dijo que el directorio de la corporación decidió poner en pausa una votación sobre si volver a seleccionar Filipinas debido a las preocupaciones por los derechos, aunque todavía se podría considerar en el futuro.
"El MCC continuará monitoreando los eventos que se están desarrollando en Filipinas y subraya que se espera que todos los países socios mantengan la elegibilidad, lo que incluye no sólo una tarjeta de puntuación sino también un compromiso demostrado con el estado de derecho, el debido proceso y el respeto de los derechos humanos" ella dijo.
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Al borde de la destitución
Tras sus polémicas confesiones, el excéntrico gobernante filipino de 71 años se arriesga a un proceso de destitución por decir en un discurso que mató a supuestos drogadictos cuando era alcalde de Davao (sur), advirtió hoy el senador Richard Gordon.
"Cuando dices algo como eso, te estás exponiendo, ¿verdad? Él lo dijo, así que legalmente puede enfrentarse a un proceso de destitución", indicó Gordon.
"En todo caso, estoy seguro de que (el presidente) sabrá defenderse", agregó el senador, un político independiente pero que ha apoyado varias medidas controvertidas de Duterte, como su esfuerzo por reimplantar la pena de muerte en Filipinas.
En su exposición a un grupo de empresarios, Duterte aseguró que cuando era alcalde "lo solía hacer yo personalmente (matar)".
"Quería enseñar a los policías que si lo hago yo, ¿por qué no van a poder hacerlo ellos?", justificó el mandatario.
"Daba vueltas por Davao en mi moto (...) y patrullaba las calles. Realmente estaba buscando jaleo", añadió.
Pero no es la primera vez que el presidente filipino acapara la atención internacional con declaraciones como esta. "Debo confesar que he matado, sí. Hace unos... tres meses, maté a unas... tres personas", dijo el mandatario en una entrevista con el medio local Rappler que se publicó en octubre de 2015.
En otras declaraciones a finales de ese año, cuando anunció su candidatura a la presidencia de Filipinas, afirmó haber matado a otras tres personas durante el secuestro de una niña en Davao.
"Estaban cometiendo un delito en mi presencia, y yo era la persona que tenía autoridad bajo la ley", explicó Duterte entonces.
Aunque las encuestas revelan un apoyo abrumador de los filipinos a su presidente, las críticas de sus colegas de la arena política crecen con sus comentarios y decisiones polémicas, como la de permitir el entierro del dictador Ferdinand Marcos en el Cementerio de los Héroes.
Hace nueve días, la vicepresidenta de Filipinas, Leni Robredo, renunció a su puesto en el gabinete el lunes debido a lo que llamó diferencias irreconciliables con el presidente Duterte.
En su carta de renuncia, Robredo dijo que "hizo todos los esfuerzos para hacer a un lado nuestras diferencias, mantener una relación profesional de trabajo y trabajar eficazmente a pesar de las limitaciones". Pero añadió que la orden de Duterte que le prohibía asistir a las reuniones de gabinete le impedía realizar su tarea.
"Permanecer en su gabinete se ha vuelto insostenible", escribió.
La senadora Leila de Lima dijo la semana pasada que Duterte se había puesto "al borde de un proceso de destitución" por decir que no permitirá que acaben en la cárcel los policías acusados por la Oficina Nacional de Investigación de Filipinas de asesinar al destacado narcotraficante Rolando Espinosa en su celda.












