SAN FRANCISCO, California. – La pandemia de coronavirus convirtió el uso de cubrebocas en una nueva normalidad para millones de personas en California, y aunque ha habido extensos debates sobre su funcionalidad para mitigar la propagación del covid-19, ahora decenas de miles de personas que las usan a diario se enfrentan a un nuevo enemigo: el humo de los incendios forestales.
Los cubrebocas de tela, una falsa protección contra el humo de los incendios forestales en California
Expertos en salud consideran que el uso de cubrebocas convencionales le puede dar a los residentes que viven en zonas cercanas a incendios forestales una falsa sensación de protección contra el humo y las partículas contaminantes.

Las ordenanzas de salud en varias ciudades del estado obligan a sus residentes a usar mascarillas en casi todo momento cuando se esté al aire libre. Sin embargo, esto puede provocar una falsa sensación de seguridad para quienes pasan tiempo prolongado a la intemperie durante alertas por la mala calidad del aire.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y los departamentos de salud locales coinciden en que los cubrebocas o mascarillas de tela son una de las medidas para prevenir la propagación del covid-19, lo que en inglés se le conoce como ‘cloth face covering’.
La práctica consiste en cubrir nariz y boca con algún tipo de tela, ya sea algodón, seda, lino u otra. Los tapabocas pueden ser de fabricación casera o improvisados con artículos como pañuelos, bufandas, camisetas, bandanas para el cabello e incluso toallas.
Y si bien los expertos aseguran que este tipo de cubrebocas pueden “reducir la liberación de partículas infecciosas por parte de aquellos individuos que pudieran estar contagiados”, cuando se trata de las partículas PM 2.5 el resultado no es el mismo.
Funcionarios del Distrito del Aire del Área de la Bahía han advertido que durante las alertas ‘Spare the Air’ si un residente puede oler el humo, lo más seguro es que su salud se vea afectada incluso si llevan un cubrebocas puesto.
La mayor amenaza para la salud proviene de unas partículas diminutas conocidas como PM 2.5 que, aunque resultan invisibles a los ojos, pueden viajar hasta los pulmones e incluso entrar al torrente sanguíneo.
Las personas que viven en las zonas afectadas por el humo deben estar atentas y tomar medidas para cuidar de su salud ya que, con el paso de los días, el estar expuestos al aire contaminado puede derivar en enfermedades pulmonares como una bronquitis o una neumonía.
Según los expertos, las máscaras N95 filtran el 95% de las partículas contaminantes en el aire, incluido el humo de los incendios forestales, pero solo si se usan de manera correcta. Cualquier espacio abierto alrededor de la boca puede comprometer la capacidad de la mascarilla para proteger a quien la use: un tamaño incorrecto o incluso una persona con barba podría provocar una filtración de aire limitada.
Con cada temporada de incendios en el estado, Cal FIRE renueva su recomendación de cuáles son las mascarillas que mejor protegen del humo de los incendios forestales: por ejemplo, l as N99 filtran el 99% de las partículas y generalmente cubren una superficie mayor del rostro, además de ofrecer un conducto de exhalación.
Por otro lado, los cubrebocas N100 y P100 son aún mejores opciones que los N95 y N99. Como lo indica el número, filtran casi el 100% de las partículas contaminantes. La única diferencia entre una "N" y una "P" es que las mascarillas P100 también filtran los aerosoles a base de aceite, sin embargo, esto no importa tanto cuando se busca protección del humo de incendios.
Sin embargo, uno de los inconvenientes durante la pandemia de coronavirus es la escases. Desde que comenzó la crisis del covid-19 los funcionarios de salud han hecho un llamado a que los respiradores N95 sean reservados para los trabajadores de salud y personal de servicios de emergencias.
Y es que hospitales y centros de salud a lo largo y ancho del país están enfrentando un gran desabasto de estos productos, por lo que las autoridades buscan evitar a toda costa que se incremente su demanda entre el público general y se ponga en riesgo al personal que se encuentra en el primer frente de batalla contra el coronavirus.
































