Una cuarta parte de los electores en la votación anticipada en El Paso no votaron en 2016

Las primeras jornadas de votación anticipada en el Paso duplican el número de participantes de hace cuatro años. El 81% de los cerca de 800,000 habitantes de la ciudad fronteriza son de origen hispano.

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Pese a la pandemia, que ha golpeado con especial dureza al sur de Texas, la ciudad fronteriza de El Paso ha roto récords en la participación de votantes durante las primeras jornadas de votación anticipada (early voting), que comenzó el 13 de octubre y termina el 30 de este mes.

Los participantes durante la primera jornada de votación anticipada en el condado de El Paso, el noveno más poblado de Texas, fueron cerca de 34,000, de acuerdo con la administradora electoral del condado, Lisa Wise. Casi 19,000 votantes lo hicieron en persona y otras 15,000 decidieron participar por correo.

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Esto quiere decir que el primer día de votación anticipada en El Paso aumentó en un 42.5% la participación, comparado a lo que había registrado en 2016, El condado, con más de 800,000 habitantes, es el noveno más poblado del estado. Un 81% es de origen hispano, y seis de cada 10 latinos que viven en la ciudad fronteriza pueden votar, de acuerdo con Pew Research.

El Paso fue el primer destino de la esposa del candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Jill Biden, quien dijo que ganar Texas, lo que se antojaba como una meta imposible para los demócratas hasta hace pocos años, no es inalcanzable. “Si ganamos en Texas, nada nos podrá parar”.

La doctora Biden encabezó un mitin ese martes acompañada por el excongresista Beto O’Rourke, cuya contienda hacia el Senado de Estados Unidos en 2018 marcó un antes y un después en la política texana reciente. Aunque O’Rourke perdió por menos de un 3% frente al senador republicano Ted Cruz, el llamado “efecto Beto” trajo victorias inéditas para los demócratas.

La representante actual del distrito que representa a El Paso, la también demócrata Verónica Escobar, ha repetido cómo la comunidad fronteriza es un símbolo de lo que está en juego. “Somos la zona cero de los ataques de [el presidente Donald] Trump”.

El Paso fue el escenario de la peor masacre racista cometida en contra de hispanos en la historia de Estados Unidos. Patrick Crusius, entonces de 21 años, condujo 10 horas desde un suburbio de Dallas con el objetivo de “matar a la mayor cantidad de mexicanos posible”. Crusius, quien se identifica con grupos supremacistas que el presidente Trump ha evitado condenar con firmeza, mató a 23 personas y dejó heridas a otras 23.

El Paso, como la mayoría de los condados fronterizos, es demócrata. Escobar derrotó con facilidad (un 68.5% sobre un 28%) a su contrincante republicano, Rick Seeberger, en 2018. En las elecciones presidenciales de 2016, Hillary Clinton obtuvo el 41% de los votos.

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La administración de elecciones del condado informó también que, de los electores que han participado durante las tres primeras jornadas de votación anticipada, uno de cada cuatro no lo había hecho en 2016, según informó el sitio El Paso Matters.

En el extenso sur fronterizo texano, el único distrito que se considera en disputa es el 23, que abarca un largo territorio que surca el Río Bravo (o Rio Grande, según el lado de la frontera que se mire) desde El Paso hasta Laredo. En 2018, el republicano Will Hurd ganó por solo mil votos a Gina Ortiz-Jones.

Hurd decidió no presentarse a la reelección este año y Ortiz-Jones se presenta de nuevo, esta vez frente al republicano Tony Gonzales, que cuenta con el respaldo del presidente Donald Trump, en una de las contiendas que las direcciones de los dos partidos han considerado prioritarias en Texas.