¿Se puede hackear un juguete sexual?

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Por:
Wilberto Pacheco.
Publicado el 25 may 16 - 11:15 AM EDT. Actualizado el 23 ene 19 - 09:01 AM EST.

En materia de sexo, muchos no se conforman con el viejo sistema de persona a persona y ahora quieren incluir en la habitación todo tipo de juguetes sexuales, desde los típicos dildos hasta aparatos más sofisticados que se controlan mediante apps a través de Internet.

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Un claro ejemplo de esto son aplicaciones como BlueMotion con sus teledildonics, Lovely, un anillo inteligente para el pene y Remoji, de PicoBong, todas estas aplicaciones para hacer tu vida sexual más entretenida.

Como la tendencia apunta al crecimiento de este tipo apps, es natural pensar que en un futuro se volverán un gran foco para el ataque de los hackers que no pierden oportunidad para buscar nuevos caminos de estafar a sus víctimas.

Ya hay pruebas de que estos dispositivos se pueden hackear

El mes pasado un grupo de investigadores de la feria de tecnología CeBIT en Hanover, Alemania lograron hackear un vibrador conectado a Internet con éxito, consiguiendo controlar el dispositivo remotamente.

Quizás esto no te parezca un gran logro pues, ¿qué podrían hacer con esto los hackers? ¿Acaso pararlo y no ponerlo a vibrar nuevamente? ¿Aumentar la velocidad? ¿Hacer daño al usuario de alguna forma?

El verdadero peligro

Imagen ThinkStock

La realidad es que este tipo de hackeo a juguetes sexuales como a cualquier otro dispositivo que esté bajo la plataforma del Internet de las Cosas conlleva serios riesgos para los usuarios ya que son una puerta de entrada para que los cibercriminales roben información sensible.

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Hay que considerar también la posibilidad de que usen la brecha de seguridad para instalar malware en los gadgets del usuario como smartphone o tablet y que luego estos programas maliciosos se distribuyan por toda la red del hogar cuando se conecten a esta.

Por otra parte, las compañías fabricantes de los gadgets sexuales no cuentan con una fuerte seguridad, ya que en su mayoría no presentan fondos suficientes para encriptar los datos de una forma potente y contratar a una empresa de seguridad para que lo haga por ellos está fuera de la ecuación.

Mientras las compañías fabricantes de estos productos sigan descuidando su seguridad, la habitación podría ser el próximo punto de entrada para los hackers, así también lo creen en la revista  Forbes donde el año pasado se discutió en un artículo la posibilidad de que los teledildonics de Lovense dejaran el campo abierto para que malintencionados robaran información sensible como fotos y videos sexuales del usuario.