Quizás no te haya ido mal jugando al Resident Evil, al Left 4 Dead y demás, quizás seas muy bueno encontrando soluciones cuando vas al cine por una película de zombies y quizás creas que en un escenario apocalíptico de ciencia ficción de esta clase serás ése que va a sobrevivir, pero hoy tengo algunas cosas para contarte que te la van a poner difícil. Las formas en las que funciona la naturaleza es de lo más asombrosa y un buen ejemplo de ello es la manera en la que los parásitos se las arreglan para sobrevivir. Con casos reales, te invito a conocer estos increíbles y atemorizantes parásitos que convierten a los animales en zombies, literalmente.
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Strepsiptera

Es una de las especies más extrañas del mundo. El macho vuela y tiene enormes ojos, pero vive apenas unas pocas horas, buscando una hembra que fecundar. Esta última es la asombrosa, ya que se trata de un parásito sin piernas, sin alas y sin ojos, que se introduce en el cuerpo de insectos como moscas, abejas y mantis religiosas. El parásito se dirige a la cabeza, donde se abre paso para respirar y expulsar las feromonas necesarias para que el macho la encuentre en el aire.
Una vez se emiten las feromonas, el parásito obliga al insecto en el cual se encuentra a quedarse inmóvil hasta que llegue el macho para fertilizarla. Durante unas dos semanas, el parásito continúa allí dentro, modificando por completo el comportamiento del insecto.
Cuando el huésped finalmente tiene sus crías, el insecto vomita toda la camada en flores, donde probablemente conseguirán meterse en otro insecto. En este vídeo se puede apreciar como el comportamiento del anfitrión infectado se ve considerablemente modificado.
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Cordyceps
Los cordyceps constituyen una asombrosa especie de hongos ascomicetes. Existen unas 400 especies diferentes de cordyceps y se integran tanto a insectos como a otros artrópodos. Este parásito se introduce al organismo de un ser vivo, se alimenta, crece y desde allí se desarrolla completamente, llegando incluso a sustituir los tejidos del cuerpo por los suyos propios.
Antes de matar a su anfitrión, el parásito lo controla por completo, entre otras cosas, obligándolo a subir a sitios muy altos, donde consigue propagar sus esporas con mayor facilidad y abarcar así mayores espacios.
Cuando su tamaño es ya mayor que el del insecto en el que se hospeda, se descomprime por completo, destruyendo el cuerpo del anfitrión con sus tentáculos, los cuales salen pintorescamente desde el interior del cadáver. En este magistral vídeo de la BBC podrás ver un impactante ejemplo que no puedes perderte.
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Trematodes o Duelas de pescado
Las duelas de pescado se hospedan en distintos tipos de animales, frecuentemente en peces, por supuesto, aunque en raras oportunidades también en humanos. Se caracteriza por cambiar su estado y lograr introducirse en distintas especies. Cuando se hospedan, las duelas controlan por completo el comportamiento del pez y lo que más nos llama la atención en los ciclos de este parásito es que, literalmente, induce el suicidio de su anfitrión.
Cuando el parásito llega a tener un tamaño demasiado grande como para continuar dentro del pez, este siniestro ser se hincha, agigantando también al pez y dándole un color mucho más llamativo, volviéndolo más lento y visible. Ésto convierte al anfitrión en una presa fácil y una vez se alcanza dicho estado, el parásito obliga al anfitrión a nadar a la superficie —casi hasta salir del agua—, donde es devorado por las aves, logrando así meterse en otro cuerpo para continuar con su macabro ciclo.
Échale un vistazo al siguiente vídeo, registrado por un amateur, tremendamente desagradable pero igual de fantástico.
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Leucochloridium
Esta es una especie de parásito con forma de larva, la cual logra desarrollarse por completo en las aves, pero que comienza su proceso introduciéndose en caracoles. Al controlar al caracol, el parásito busca introducirse en el cuerpo de un ave a como de lugar.
Una vez logra el control sobre el caracol, le arrastra a zonas descubiertas y soleadas, algo que el caracol jamás haría por su propia cuenta ya que, por el contrario, los caracoles buscan la sombra y el resguardo por naturaleza.
Pero una vez allí, al descubierto, el parásito abre un agujero en la cabeza del caracol o se mete en sus tentáculos oculares, desde donde estira su cuerpo para simular la apariencia de un gusano o una lombriz. Con medio cuerpo afuera, el parásito se sacude constantemente para llamar la atención de las aves, que ahora querrán atraparlo.
Cuando logran su cometido, continúan sacando nuevos tentáculos de la cabeza del caracol para continuar así con el mismo fatídico destino. Obsérvalo en este vídeo.
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Glyptapanteles
Este es posiblemente el más impactante de todos. A pesar de que existen varias especies de parásitos avispa (como es el caso de la Strepsiptera, la primera especie que vimos), esta avispa se caracteriza por atacar únicamente orugas, las cuales tras ser infectadas con el parásito se vuelven extremadamente violentas y son controladas por completo, llegando al punto de no comer o moverse.
La avispa ataca a la oruga, deja en ella el parásito y luego en su capullo coloca sus huevos. Lo que ocurre luego es realmente sorprendente: la oruga se queda allí para siempre, parada junto a los huevos, velando por su seguridad y defendiendo los huevos —con extrema violencia— de cualquier cosa que los pueda peligrar.
Si bien el caso es estudiado a fondo, aún no se conoce por completo su funcionamiento, pero sí se sabe que la oruga no recibe ningún tipo de beneficio, por lo cual no se trata de ningún tipo de simbiosis. Por último, cuando nacen las nuevas avispas desde los huevos, la oruga muere de hambre y agotamiento.
En este video, podemos ver lo que sucede cuando otro insecto se aproxima al capullo donde están los huevos que la avispa colocó previamente.
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Bien, tan curioso y sorprendente como inquietante, ¿no lo crees? ¿Qué te parece la forma en la que actúan y sobreviven estos organismos? ¿Conoces alguna otra especie similar? ¿Crees que algo así algún día podrá significar algún riesgo para la humanidad? La sección de comentarios es tuya, adelante...
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