En Colombia hay una gran riqueza de flora y fauna, pero una criatura está causando un verdadero desastre sin ser autóctona de la zona o incluso del continente. Se trata de los hipopótamos.
Actualmente, el país tiene un gran problema con hipopótamos salvajes, herencia del famoso narcotraficante Pablo Escobar, quien los trajo desde África para su colección privada de animales. Tras su muerte, estos animales quedaron libres y hoy son una amenaza para la fauna local, granjas e incluso personas.
El desastre de los hipopótamos de Pablo Escobar
Pablo Escobar fue uno de los narcotraficantes más poderosos y famosos del mundo, con hábitos y gustos bastante excéntricos. Entre ellos estaba un zoológico privado en su hacienda con criaturas como elefantes, leones, jirafas e hipopótamos.
Si bien el emblemático colombiano murió en 1993, su legado continúa, no solo en el mundo del crimen, sino también a través de sus hipopótamos. Se estima que en Colombia existen alrededor de 40 hipopótamos salvajes que se convirtieron en una verdadera amenaza.
Los hipopótamos de Escobar no fueron reubicados en zoológicos del país u otras partes del mundo, como pasó con el resto de sus animales. Hoy viven en ríos y pantanos del departamento de Antioquia, al noroeste de Colombia, y son la mayor colonia de estos mamíferos fuera de África.
Los hipopótamos son fuertes, salvajes y grandes depredadores, por lo que fueron diezmando a la fauna local y modificando el ecosistema de la zona. Además, se reprodujeron rápido y amenazan no solo a otros animales, sino también a personas y granjas cercanas.
Un hipopótamo puede llegar a pesar 4 toneladas y media, y se estima que la población crece a una tasa de 6 % cada año, lo que hace que se transformen en una peligrosa y destructiva plaga. Además, contamina los ríos, ya que sus desechos cambian la acidez de sus aguas y afectan la flora y fauna locales.
Científicos y expertos en protección de la fauna local están preocupados por el desastre ecológico causado por los hipopótamos y el fuerte aumento de estos especímenes que perjudican a animales autóctonos, como los manatíes y las nutrias, entre otros.
Se intentó castrar a los hipopótamos para detener el crecimiento de su población en Colombia. Sin embargo, estos animales requerirían una castración física nada fácil de hacer, ya que primero había que dormirlos y, por su tamaño, los dardos tranquilizantes comunes no servían.
Los hipopótamos, pese a ser agresivos, aún no han atacado a colombianos, pero sí en África, donde son conocidos por sus ataques mortales a humanos. En Colombia hay casos en que ellos destruyen cultivos. Se cree que, si todo sigue igual, la población de estos mamíferos africanos en el país sudamericano podría superar los 100 especímenes en 10 años más.
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