Hay quienes viajan constantemente por motivos de trabajo, y que su vida consiste en picotear de Madrid a Nueva York, de allí a Amsterdam, de allí a Tokyo, de allí a Buenos Aires y todas las combinaciones aéreas que gusten. Desde luego que el viajar tanto por trabajo no tiene muchos atractivos.

Está claro que los excéntricos no se ven discriminados en el área del turismo. Lugares completamente curiosos, hoteles de formas y colores insoñables y viajes completamente insólitos delinean el mapa turístico para las personas que desean pasar una estadía de vacaciones en un entorno que quiebre radicalmente con la monotonía.

Volar nunca deja de ser engorroso. No sólo por los trámites, sino que también por el problema de los equipajes que tenemos que llevar, la ropa que debemos portar por largas horas (en caso de viajes largos)… en fin, incomodidades sobran a la hora de viajar, y eso es un hecho. El avión no es una parte muy agradable del viaje, que digamos.

Ya se ha vuelto costumbre y es simplemente espectacular, ver como los brasileños, curiosos y turistas de todo el mundo disfrutan esta fiesta que dura cuatro días.

Es fácil pensar en turismo egipcio, pues de inmediato se vienen a la cabeza las antiguas pirámides erigidas por esta civilización de antaño. A tal punto las pirámides egipcias están tan impregnadas en nuestras mentes que es difícil rehusarse a aceptar que son uno de los principales focos de atracción turística a nivel mundial.

Hoy me dirijo especialmente a los que les gusta acampar, o aquellos que se animan a ir a algún Viaje de Safari, y que siempre piensan en el fiel acompañante por las noches. En aquello que nos permite dormir de una forma 'casi' correcta para seguir al otro día con nuestro viaje ya bien descansados.