Todos sabemos que HBO no es televisión, por lo que nos vemos obligados a observar sus series en un mundo paralelo, que no está atado a los limites de las cadenas tradicionales.

Uno de los momentos más importantes de una serie de televisión es aquel en que se nos presenta por primera vez a un personaje que luego seguiremos a lo largo de decenas de episodios, y al que llegaremos a conocer -y estimar o aborrecer- con el tiempo.

Considerada por muchos como la mejor serie de la historia, es difícil elaborar un ranking de los mejores momentos de The Wire. Cada temporada recoge innumerables momentos que se han quedado pegados en nuestras retinas y que ya forman parte de la historia de la televisión. Con esta lista dejaré fuera muchas secuencias que merecerían ser nombradas, es injusto rememorar una obra de tal grandeza en tan solo 10 escenas.

El afamado borracho y mejor escritor, Charles Bukowski, alguna vez dijo: “Si algo malo pasa, bebes para olvidar. Si algo bueno pasa, bebes para celebrar. Y si nada pasa, bebes para que pase algo”. Si bien no es una sentencia demasiado sensata o saludable para aplicarla a la vida real, es fácilmente aplicable a la ficción.

La cadena HBO ha lanzado numerosas series exitosas a lo largo de su historia. Al momento cuentan con varios títulos de renombre, que batieron récord de audiencia por la gran calidad de las actuaciones, del guión y de los escenarios.

A fines de los 90 y principio de los 2000, series como Los Soprano y The Wire siginificaron una revolución televisiva. Hoy vamos a enfocarnos en una de estas series clásicas de HBO que han regado su influencia en incontables dramas televisivos posteriores.