The Wire y la política

The Wire no es una serie cualquiera que busca entretener a cualquier precio, su gran objetivo es enseñar al espectador la realidad de los diferentes estamentos de esta sociedad tan deteriorada en la que vivimos. David Simon expone en esta obra maestra una fidedigna radiografía del mundo de la política, con sus entresijos, corrupciones e intereses varios.

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En los inicios de la serie no se profundiza en el ámbito político, hasta entonces sólo podemos vislumbrar la influencia que ejerce en el departamento de policía, donde cuadrar los números es la orden del día, perjudicando en muchas ocasiones las operaciones de escucha para capturar a los grandes narcotraficantes.

No es hasta la tercera temporada cuando nos metemos de lleno en el meollo de las luchas internas entre los políticos de la ciudad de Baltimore. La serie explica la ascensión del ambicioso e idealista concejal Thomas Carcetti (Aidan Gillen), ilusionado y convencido de poder hacer de Baltimore un lugar mejor para vivir.

Imagen HBO

La lucha de poderes

En esta escalera hacia el poder vamos descubriendo junto a Carcetti los diferentes secretos que esconde la política. Si bien seducir a la población a través de la oratoria y la labia resulta fundamental,  no menos importante es rodearte de personas competentes y con contactos, más aún teniendo en cuenta que el color de tu piel difiere del de la mayoría de tus conciudadanos.

Durante la campaña electoral debe enfrentarse al carismático alcalde Clarence Royce (Glynn Turman), cuya mayor preocupación es, así como la mayoría de políticos, cuidar su imagen pública. En pos de conseguir poder e influencia se rodea de marionetas como Ervin Burrell (Frankie Faison) o de corruptos como el senador Clay Davis (Isiah Whitlock Jr.).

La campaña electoral está repleta de artimañas y manipulaciones para conseguir el preciado puesto de alcalde. El juego sucio es utilizado para arañar más votos o conseguir influencias sociopolíticas y económicas. Finalmente Carcetti es designado alcalde contra todo pronóstico, asumiendo su puesto con la firmeza y determinación de cambiar las cosas.

Imagen HBO

Un sistema inamovible

Sus esperanzas se chocan a las primeras de cambio con la cruda realidad de la ciudad, donde hay un déficit económico astronómico en educación que lleva años escondiéndose. Para tapar este agujero debe pedir dinero y humillarse ante el gobernador de Annapolis, perdiendo gran parte de sus opciones para ser gobernador en un futuro. La ambición y el ego le llevan a rechazar ese dinero y, consecuentemente,  arrastrar una deuda que perjudicará enormemente al departamento de policía, incapaz siquiera de pagar los sueldos de sus trabajadores.  

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¿Es posible revertir la precaria situación económica de la ciudad de Baltimore, conseguir erradicar el narcotráfico de drogas y mejorar las condiciones de vida de la población? La respuesta que nos da The Wire es simple y contundente: No. Y la causa principal de todo ello es que los que mueven los hilos de la ciudad están más pendientes de su carrera política, que de los niños que empiezan a consumir heroína a edades cada vez más tempranas.

A continuación os dejo un video de una escena que pertenece a la cuarta temporada de la serie, donde Carcetti tiene una charla con un ex-alcalde de Baltimore. El diálogo entre ambos personajes ilustra a la perfección uno de los grandes problemas de nuestro sistema político actual:

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