Existen varios elementos que a lo largo de la historia de los videojuegos, se han utilizado para dotar a los personajes de más profundidad, o simplemente más estilo. Sombreros, armas, capas... O gafas, que es lo que nos interesa en este caso. Obviamente, intentamos dejar fuera del conteo a personajes de cómics o películas adaptadas, yendo directamente a personajes surgidos en los videojuegos.

Desde que las consolas pasaron a ser una super-computadora con joysticks, muchos juegos se han detenido más en la experimentación de un jugador, y en historias que parecen cinematográficas, llevando la jugabilidad a largas sesiones donde los mundos abiertos escapan a la linealidad, y nos otorgan finales alternativos y misiones secundarias, capaces de extender la vida útil de un juego... Sin contar los infames DLC.

Y un buen día Mario perdió el temperamento...

En el mundo de los videojuegos las batallas contra jefes finales constituyen uno de los momentos más gloriosos. Se trata de la prueba definitiva de nivel o quizá de una batalla relevante para el avance de la trama. Además de los enfrentamientos complejos contra jefes finales, también están los grupos de jefes finales, aquellos que trabajan en equipo o por separado pero que constituyen una serie de desafíos sorprendentes para cualquier fanático de los videojuegos que se precie.

Cuando se utiliza la palabra "superpoderes" solemos asociarlo a los héroes de los cómics o hasta las películas. pero los videojuegos también cuentan con sus propios exponentes, incluso algunos originales (es decir, que no son adaptaciones de otras plataformas).

Tal vez en su época no fue lo que Nintendo esperaba de ella, y se vio opacada por la popular PlayStation. Sin embargo, la consola Nintendo 64 es otra de esas cosas que son mejor apreciadas con el paso de los años, y de las cuales aún hoy se puede aprender mucho.