Pablo Gato

Mientras el mandatario asegura tener en claro que la decisión generará varias demandas, analistas demócratas califican la medida como inconstitucional, al igual que políticos de California, quienes afirmaron que “nadie está por encima de la ley en Estados Unidos”. Expertos creen que la discusión terminará en manos de la Corte Suprema.

Los demócratas quieren bloquear la declaración con una resolución en el Congreso pero con un Senado en manos republicanas es dudoso que lo logren. Por otra parte, entre algunos republicanos también hay preocupación por el precedente que puede dejar la acción del presidente.

El Senado y la Cámara Baja votaron a favor de los fondos bipartidistas que, por ahora, mantienen abierto el gobierno y cuentan con el apoyo del mandatario, quien buscará obtener el presupuesto necesario para la construcción de la valla fronteriza con otras agencias, hecho que ha generado malestar en sectores demócratas. La ley aprobada también contempla limitar las acciones de las autoridades de inmigración y los arrestos de padres de niños indocumentados, entre otros temas.

Las intensas negociaciones entre demócratas y republicanos para evitar un nuevo cierre parcial de la administración están estancadas. El tema migratorio, la seguridad fronteriza y la exigencia de fondos para el muro con México siguen siendo los mayores obstáculos.

El presidente Donald Trump pidió 5,700 millones de dólares para seguridad fronteriza, incluyendo el muro con México, pero la cifra de la que se está hablando ahora son 2,000 millones. Diecisiete legisladores de ambos partidos negocian para encontrar una posición aceptable para ambos bandos.

El proyecto bipartidista parece contar con el apoyo necesario en la Cámara Baja y el Senado. Las cuotas de los diferentes países desaparecerían y se aumentarían los cupos para los familiares de los residentes. Esta podría ser la primera medida del presidente Donald Trump considerada proinmigrante. Si llega a ser aprobada, los beneficios serían efectivos a partir de octubre.