Los métodos anticonceptivos son una forma fácil y accesible para que las mujeres puedan prevenir un embarazo desde el inicio de su vida sexual. Sin embargo, muchos debates se han abierto sobre la necesidad de que los hombres también cuenten con métodos para cuidarse durante las relaciones sexuales.

Existen diversos métodos anticonceptivos que se adecuan a las necesidades y estilos de vida de cada mujer. Entre ellos, uno de los más populares es la píldora porque cuenta con una efectividad del 99 % para evitar un embarazo no deseado. Es probable que también conozcas al DIU, pero hay otro similar a él que podría interesarte por sus pocos efectos secundarios: el SIU.

Según un informe del Fondo de Población de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el Estado de Población Mundial 2019, cuatro de cada diez mujeres, de entre 15 y 49 años, expresan que no pueden tomar decisiones respecto al embarazo y al acceso a la salud.

Todos los tipos y marcas de píldoras anticonceptivas tienen sus beneficios y desventajas. Aquellas que funcionan bien para una mujer pueden no ser recomendadas para otra: cambios de humor, aumento de peso, náuseas y disminución del deseo sexual están entre los efectos secundarios más comunes que llevan a cambiar de anticonceptivo.

La invención de la píldora en la década del 60 revolucionó la libertad sexual de todas las mujeres, ya que por primera vez en la historia, podían tener el control de su fertilidad.

La píldora anticonceptiva es una medicina que contiene hormonas y previene el embarazo impidiendo que el esperma fecunde el óvulo, explica la organización Planned Parenthood. Además, puede atenuar los síntomas premenstruales y prevenir la formación de quistes y la anemia, entre otros beneficios.