Seguro te ha pasado: sales de tu casa con un outfit que no te torture con el calor que está haciendo, afuera está soleado, no hay nubes y todo parece perfecto. Volteas a ver por la ventana y todo sigue igual, parpadeas, ¡y oh sorpresa! El cielo ahora es gris, comienzas a escuchar truenos y de la nada se suelta el chaparrón/tormenta/apocalipsis con agua.

Muchas ciudades del mundo han desarrollado un gran crecimiento. Más allá de los beneficios que puede traer en cuestión de desarrollo, innovación y modernidad, también se traduce en más personas, más automóviles, más basura, más uso de energía y más contaminación.

Si las gotas de lluvia fueran de arañitas, me encantaría estar ahí. ? Ah, no. Espera, así no iba.

Cuando algo malo ocurre, hay dos alternativas: lamentarse y pensar que el mundo está en nuestra contra o verle el lado bueno. Estos dos jóvenes mexicanos optaron por la segunda opción y sacaron provecho de las fuertes lluvias que este miércoles azotaron a la Ciudad de México y el Área Metropolitana.

Tremenda granizada sorprendió a los habitantes del sur de la Ciudad de México. El granizo era del tamaño de una canica y provocó caos en Tlalpan, la colonia Narvarte y otros puntos. Algunos incluso aseguraron que esta fuerte tormenta se debe a la proximidad del eclipse solar que ocurrirá el próximo 21 de agosto.

Si creen que ha llovido mucho últimamente en la capital, esperen a conocer esta historia: la Ciudad de México estuvo inundada durante cinco años (sí, ¡CINCO!) gracias a una tormenta que duró 36 horas sin cesar.