Cuidar una mascota desde recién nacida es una gran responsabilidad y más cuando se trata de un adorable gatito que pasará de ser una bola de pelo que solo duerme y da ternura, a un pequeño tigre que te demuestre su cariño de formas extrañas pero muy especiales.

Despertarte, darte una ducha, preparar el desayuno, ir al trabajo, comer, tomar el colectivo de vuelta a casa, hacer la cena, dormir y repetir lo mismo al día siguiente. Estamos inmersas en un mundo lleno de rutinas.

¿A dónde se fue la energía? ¿Esa fuerza para correr una maratón? ¿Dónde quedó la rebeldía que se levantaba frente a cualquier “no se puede”?

Gente corriendo, buscando refugio, el tráfico fatal, todos intentando escapar de la gran nube negra que se ha colocado sobre la ciudad, todos excepto tú.

Todos tenemos un par de zapatos favoritos, esos que queremos que nunca se gasten, que nos acompañan en cualquier situación, desde esa cita romántica hasta ese viaje a otro país, y que cuidamos como una de las cosas más preciadas que tenemos.

El pelo lacio es lo más: te podés hacer todos los peinados que quieras y, con apenas mover la cabeza sorprendés a todo el mundo.