La edición Blu-ray de Infinity War ha estado en boca de los fans desde el momento en que fue anunciada. Las escenas eliminadas, material extra y los 30 minutos adicionales acerca de Thanos son motivo suficiente para acaparar la atención del fandom. Sin embargo no todo es color de rosas.

The Last Jedi fue sin dudas un punto de quiebre para Star Wars, por primera vez en cuatro décadas el fandom se vio masivamente dividido entre quienes defienden a la películas y quienes creen que la franquicia tocó fondo, algo que ni siquiera había sucedido con la floja saga de precuelas.

El juego de los easter eggs, esos guiños semi ocultos o disimulados que premian la atención cuidadosa y el conocimiento de los que los descubren y reconocen, es un elemento esencial en el Universo cinematográfico de Marvel.

Existen tantas películas del MCU que era obvio que de a poco iban a surgir inconsistencias en la historia. Algunas se explicaron, otras podrán arreglarse con las películas que vienen, pero aquí tenemos una que es fundamental para el universo cinematográfico en general. Se trata de la historia de Gamora, uno de los personajes más importantes de Avengers: Infinity War y por supuesto, de Guardians of the Galaxy.

Estamos acostumbrados a ver películas en orden cronológico. Ya sabes: La piedra filosofal, La cámara de los secretos, El prisionero de Azkaban... Pero ninguna ley le prohíbe a los cineastas hacer lo que quieran con la línea temporal y enseñarnos filmes que van después de otros que ni siquiera existen. Pasó con la trilogía original de Star Wars y ahora nos sucederá en el MCU.

Tanto las películas de Deadpool como las de Guardians of the Galaxy se han vuelto de las más populares de Marvel, incluso para el público que no es seguidor de los cómics y mucho menos de los superhéroes. Los personajes emblemáticos y únicos han sabido robarse el corazón de los fanáticos, y la idea de juntar ambas películas es demasiado buena para ser cierta.