Francisco Urreiztieta

En Venezuela el conflicto político continúa a pesar de que el gobierno dio marcha atrás y devolvió los poderes a la asamblea nacional y la inmunidad a todos los diputados. Ahora la atención se centra en la destitución de los magistrados que anularon por dos días al parlamento.

Buscando proyectar calma y normalidad, el presidente Nicolás Maduro se reunió la noche del sábado con la fiscal general Luisa Ortega. Esto ocurre tras la restitución de las funciones de la Asamblea Nacional por parte de Tribunal Supremo de Justicia.

Esto ocurre tras dos días de presión por parte de opositores, manifestaciones y fuertes críticas internacionales. Muchos parlamentarios de la oposición dicen que no están convencidos de la decisión.

En un discurso por televisión, un desafiante Nicolás Maduro defendió y apoyó la decisión del tribunal supremo de asumir las funciones del poder legislativo, y niega que exista un autogolpe, como dice la oposición. Pero no todos sus seguidores están de acuerdo. Además, la OEA anunció una reunión de emergencia para el lunes 3 de abril.

En medio de lo que la oposición venezolana llama golpe de estado, empiezan a notarse divisiones dentro del régimen de Nicolás Maduro. La fiscal general, quien era vista como parte del sistema chavista, criticó por inconstitucional la decisión de anular a la asamblea nacional. Las críticas y las protestas aumentan cada vez más.

Un estremecedor sonido de ollas y cacerolas se siente en Caracas en medio de las protestas contra lo que la oposición califica como un autogolpe de estado del gobierno de Nicolás Maduro, después de que el tribunal supremo se apoderara del manejo del poder legislativo. Algunos países de la región han criticado el hecho, entre ellos Perú, quien retiró a su embajador.