La medida busca que el gobernador de Texas, Greg Abbott, convoque una sesión especial y dirija a las legislaturas estatales a aprobar un plan de acción.

Los detalles que van saliendo a la luz sobre el tiroteo en una tienda Walmart el fin de semana ponen sobre la mesa una vez más la discusión sobre el control de armas. Y en la otra cara de la moneda, hay jóvenes que buscan ser luz para su comunidad, ensombrecida por el luto y el temor.

En esta ciudad fronteriza, donde la tolerancia intercultural es la norma, la desconfianza en las autoridades y el miedo a los tiroteos vienen de mucho antes de la masacre del sábado.

El polémico evento se llevará a cabo este fin de semana en medio del luto de decenas de personas que han perdido a sus seres queridos durante los tiroteos registrados en Texas y Ohio el pasado fin de semana, que han dejado más de 30 muertos.

La medida consiste en que familiares y amigos de la persona, considerada peligrosa, pidan que se emita una orden judicial para que a esta le sean confiscadas las armas en su poder o que no pueda comprarlas, en caso de haber escuchado que ha manifestado sentimientos suicidas y/o deseos de dispararle a otros. Ohio y Texas no cuentan actualmente con esta legislación.

Luego de estar en Dayton, Ohio, escenario de una masacre en la que murieron 10 personas, incluido el atacante, el mandatario arribó a la ciudad tejana fronteriza con México, en donde un joven de 21 años abrió fuego contra una multitud en una tienda Walmart y acabó con la vida de 22 personas. “El discurso no puede cambiar de un día para otro”, expresó el alcalde de Ciudad Juárez sobre la posición del jefe de Estado frente a la problemática del control de armas de fuego.