Es común que muchos padres recurran a los chupetes en los primeros años de vida del bebé como una forma de ayudarlo en la adaptación posdestete. En ese momento, el bebé está viviendo su fase oral —en la que su mayor fuente de placer está en la boca— y, por eso, el chupete satisface esa necesidad de succión y ayuda a tranquilizar al pequeño. Pero, aunque pueda ser utilizado de esa forma, muchas preocupaciones rodean al uso del chupete.

Las nuevas mamás se ven envueltas en cambios bruscos en sus rutinas. Si, además, trabajan fuera de casa, la licencia por maternidad les garantiza esa pausa imprescindible en los primeros momentos con el bebé. Incluso si trabajan en otros proyectos o tienen otras responsabilidades que exigen su presencia, la pausa es necesaria.

Una técnica inusitada y muy simple puede ser la solución para los padres que están tratando de quitarle a sus hijos el chupete.

No sé si te pasa lo mismo que a mí, pero me encanta ver a los bebés con chupete. Me parece supertierno y a la mayoría le encanta. Ya sea por el ruidito que hacen (la mayoría se parece a Maggie Simpson cuando lo usa) o por la serenidad que tienen cuando duermen y lo tienen en la boca, ¡me fascina verlos!

Alrededor de los chupetes y la ortodoncia giran varios mitos y verdades. ¿Se le tuercen los dientes si usan el chupete? ¿Es necesario quitárselos de una vez para evitar problemas futuros? Esto es todo lo que tienes que saber sobre chupetes y ortodoncia.

El chupón -también llamado chupete en algunos países- puede ser un aliado en determinados momentos, pero también puede resultar un hábito imposible de abandonar por nuestros peques.