Juan Manuel Gastélum se quejó de la poca ayuda del gobierno federal y afirmó que no va a gastar “el dinero de los tijuanenses” para cubrir las necesidades de los migrantes.

A bordo de autobuses, los integrantes de esta parte del éxodo masivo llegaron a un paraje cercano a Navojoa para recibir alimento y agua, tras permanecer casi 24 horas sin comer. Brigadistas de salud del gobierno local atendieron a los enfermos, que cada vez son más, y quienes presentan problemas respiratorios, gastrointestinales y deshidratación, entre otros.

Esta movilización forzó a las autoridades mexicanas a formar un cerco de seguridad para evitar el desplazamiento de los migrantes. Mientras esto sucedía, soldados de EEUU realizaban un simulacro de operativo, el cual obligó el cierre temporal de esta parte de la frontera por más de 40 minutos. Los centroamericanos dicen estar desesperados por las condiciones en las que viven y aseguran que la acción de este jueves fue un mensaje para el presidente Trump.

El presidente también volvió a amenazar con cerrar la frontera con México. Además, dijo que detendrían los intercambios comerciales si la situación migratoria se sale de control con la caravana de centroamericanos.

Los miles de centroamericanos que llegan en caravanas a la frontera entre Tijuana y San Diego para solicitar un asilo político deberán esperar en el país azteca a que le entreguen una respuesta.

Los centros que acogen a los miembros de la caravana están saturados, mientras que las condiciones sanitarias en muchos casos están provocando problemas.