Zuko sin duda alguna fue el personaje de Avatar: La leyenda de Aang que vivió el cambio más radical: pasó de ser un niño lleno de ira y con problemas con su padre a convertirse en un hombre sabio, listo para asumir la responsabilidad de ser el nuevo Señor del Fuego.

Nadie puede poner en duda la enorme popularidad de Harry Potter, que une a millones de fans en todo el mundo.

Los comerciales son en realidad parte de una intensa batalla del equipo creativo de una empresa para atraer la atención de los posibles compradores.

Entre los animes, existen algunas series que destacan entre las demás. Su historia, personalidad o incluso diseño de los personajes los han hecho increíblemente populares en todo el mundo, a tal grado que son considerados clásicos.

No existe fandom que no intente shipear a sus personajes favoritos (es decir, hacer que tengan una relación romántica, aunque eso no esté en la trama), y el de Dragon Ball no es la excepción, ya que con tantos miembros dentro de su elenco es difícil imaginar que no hubiera al menos una relación afectiva.

En la última década, la animación ha demostrado su gran versatilidad para contar historias. Toy Story nos mostró grandes aventuras y pequeños conflictos, mientras que en Bojack Horseman tocan temas delicados como la depresión y las adicciones con gran seriedad y sensibilidad.