Algunos de los 300 centroamericanos que integran la segunda caravana corrieron entre los matorrales, mientras que otros fueron subidos a la fuerza a varios autobuses y llevados a una estación migratoria para ser deportados. A pesar de los incidentes, varios migrantes dicen que prefieren morir en México que regresar a sus países.

La medida evitaría la entrada de inmigrantes por la frontera sur, incluyendo solicitantes de asilo, según reportes. La secretaria de seguridad nacional, Kirstjen Nielsen, dijo que "todas las opciones están sobre la mesa".

Los integrantes del grupo de centroamericanos reciben atención médica en varios módulos de salud. Las principales lesiones son en los pies por la cantidad de kilómetros que han caminado. Agradecen a los mexicanos que les han ayudado a lo largo del camino.

A pesar de estas advertencias y otros desafíos, la mayoría de los migrantes aseguran que nada los detendrá y hoy avanzaron 43 kilómetros del largo recorrido.

Migrantes centroamericanos que se encuentran en México manifestaron su cansancio por las largas distancias que recorren. Algunos de ellos tienen fiebre y dolores en sus piernas. Otros están preocupados porque temen que en la noche los fumiguen, aunque las autoridades digan que el fungicida no es perjudicial para la salud.