El presidente Donald Trump hablará este sábado por teléfono el presidente ruso Vladimir Putin, anunció el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. La entrevista fue confirmada luego por Sean Spicer, portavoz de la Casa Blanca.
Una esperada llamada telefónica entre Moscú y Washington: Trump y Putin hablarán este sábado
Se espera que los dos jefes de Estado hablen por teléfono por primera vez y que el tema de las sanciones impuestas por el anterior gobierno de EEUU a Rusia sea tratado en la conversación.


Este será el primer contacto oficial por teléfono entre ambos mandatarios desde la toma de posesión de Trump, el 20 de enero. Además, este sábado Trump también hablará con el presidente francés François Hollande y la canciller alemana Angela Merkel.
"Aprovechando al máximo la primera semana- mañana @POTUS (POTUS, cuenta oficial de Twitter del presidente de EEUU) hablará por teléfono con los líderes de Francia, Alemania y Rusia", escribió Spicer en Twitter.
Getting the most out of the 1st full week- tomorrow @potus will speak by phone with leaders of France, Germany and Russia
— Sarah Sanders (@PressSec) January 27, 2017
Putin había felicitado a Trump por su victoria poco después de las elecciones, pero el Kremlin señaló que ambos líderes no han hablado desde entonces.
De qué hablarán
Peskov señaló que se espera que los mandatarios "intercambien opiniones sobre los principales parámetros de las relaciones bilaterales actuales", aunque no dio detalles sobre qué temas concretos se tratarían en la charla. Tampoco trascendió si de la charla del sábado servirá para fijar una reunión en persona.
La consejera de Trump, Kellyanne Conway, dijo que las sanciones actuales de los Estados Unidos a Rusia estarán "bajo consideración" cuando el presidente hable con el mandatario ruso el sábado.
"Todo eso está bajo consideración... y además de mejorar las relaciones con diferentes líderes extranjeros y sus naciones alrededor del mundo", dijo Conway durante una entrevista con Fox News este viernes.
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La compleja relación con Rusia
Moscú ha dado muestras de recepción positiva a la llegada de Trump a la Casa Blanca, en parte, por las constantes muestras del republicano de sus intenciones de reparar las relaciones entre ambos países, que están particularmente dañadas en el presente debido a las acusaciones del gobierno de Obama en base a investigaciones de la inteligencia de EEUU de interferencia en el proceso electoral de Estados Unidos.
Las agencias de inteligencia (FBI y CIA) concluyeron que el hackeo a los emails del Partido Demócrata en la campaña fue una acción de hackers rusos con el fin de ayudar a Trump a llegar a la Casa Blanca. A partir de esa conclusión, el expresidente Obama expulsó a decenas de funcionarios rusos.
Previo al caso del hackeo, Obama y la Unión Europea impusieron en 2014 sanciones a Moscú por su anexión de la península ucraniana de Crimea y por su apoyo a la insurgencia prorrusa en el este de Ucrania. Dichas sanciones han limitado el acceso de empresas rusas a los mercados financieros internacionales y colaborando con la sumisión de la economía rusa en una recesión.
También están bajo la lupa los lazos que Rex Tillerson, el CEO de la petrolera Exxon Mobil elegido por Trump para manejar la secretaría de Estado, tiene con Moscú. Por lo que ese deshielo que pregona Trump con Rusia podría ser un escabroso asunto para las más altas esferas de la política que viene en los Estados Unidos.





















