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Relaciones Internacionales

Joe Biden y Xi Jinping tienen una conversación telefónica para asegurar que la rivalidad "no derive en conflicto"

La conversación entre ambos líderes, la primera en siete meses y la segunda desde que Biden asumió el poder en enero, tiene lugar en medio de crecientes tensiones entre las dos naciones.
10 Sep 2021 – 03:16 AM EDT
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Los presidentes Joe Biden, de EEUU, y Xi Jinping, de China, sostuvieron una conversación telefónica este jueves con el objetivo de asegurar que la rivalidad entre ambos países "no derive en un "conflicto", informó la Casa Blanca.

La conversación entre ambos líderes, la primera en siete meses y la segunda desde que Biden asumió el poder en enero, tiene lugar en medio de crecientes tensiones entre ambas naciones.

Durante la llamada, el presidente Biden transmitió el mensaje de que Estados Unidos busca "que la dinámica siga siendo competitiva y que no haya ninguna situación en el futuro en la que se produzca un conflicto involuntario", según informó a la prensa un alto funcionario del gobierno, citado por la AFP.

"Los dos líderes tuvieron una discusión amplia y estratégica en la que discutieron áreas donde nuestros intereses convergen y áreas donde nuestros intereses, valores y perspectivas divergen. Acordaron abordar ambos conjuntos de cuestiones de forma abierta y directa", dijo la Casa Blanca en un comunicado.

Por su parte, un canal estatal chino calificó la conversación de "sincera, profunda y extensa, sobre las relaciones China-EEUU y cuestiones de interés mutuo".

Sin temas concretos

El breve comunicado de la Casa Blanca no da detalles sobre los temas concretos que se trataron en la llamada entre ambos mandatarios, pero la prensa china informó que Xi Jinping había hecho énfasis en que ambas partes continuaran su diálogo sobre cambio climático, prevención de epidemias y recuperación económica mundial, "respetando nuestras diferencias", citó la AFP.

Según los medios chinos, Xi le dijo a Biden que una confrontación entre las principales economías del planeta "supondría un desastre para ambos países y para el mundo" y que el hecho de que EEUU y China "puedan manejar adecuadamente sus relaciones (...) es fundamental para el futuro y el destino del mundo".

Diálogos infructuosos

Una fuente oficial estadounidense dijo a la agencia EFE que fue Biden quien tomó la decisión de llamar a Xi, motivado por su "exasperación" ante la supuesta reticencia de funcionarios chinos de menor rango a mantener conversaciones serias con sus homólogos estadounidenses.

Y es que los intentos de diálogo a menor nivel no han resultado fructíferos hasta el momento.

El pasado mes de marzo, el secretario de Estado, Antony Blinken, tuvo un intercambio con altos funcionarios chinos en Anchorage, Alaska, que resultó en un tenso cruce de acusaciones.

"No hemos quedado muy satisfechos con el comportamiento de nuestros interlocutores", dijo en aquel momento Blinken, resumiendo el encuentro.

El pasado mes de julio, la vicesecretaria de Estado de EEUU, Wendy Sherman, se reunió con su homólogo chino, Xie Feng, en otro encuentro que no rindió frutos.

Crecientes tensiones

Aunque la guerra comercial y las tensiones entre ambos países se incrementaron bajo la administración de Donald Trump, con la llegada al poder de Biden las relaciones no han mejorado, e incluso, se han resentido en los últimos meses, por una larga lista de desacuerdos.

Estados Unidos ha acusado a China de estar detrás de un ciberataque global contra Microsoft en marzo, aunque Pekín lo niega. También acusa a China de mantener prácticas comerciales injustas y coercitivas, o de cometer abusos y violaciones a los derechos humanos en Hong Kong o contra los uigures y otras minorías.


Por ese motivo, Washington ha pedido a empresas estadounidenses que no negocien con entidades que operen en Hong Kong o en la región de Xinjiang.

Las reivindicaciones chinas sobre Taiwán y varias islas en el Mar de China Meridional también han acrecentado las tensiones geopolíticas entre ambos países, así como las barreras que ha puesto China a la investigación internacional sobre los orígenes del coronavirus SARS-CoV-2.

Por su parte, Pekín ha criticado lo que califica de "injerencia" estadounidense en sus asuntos internos y por impulsar su propia versión de democracia mientras no aborda los problemas de derechos humanos que tiene en su propio país.

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