McCarthy y Biden hablarán sobre el techo de deuda: cuáles son los puntos en que discrepan
El presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, manifestó el domingo que está deseando discutir con el presidente Joe Biden una "forma razonable y responsable de elevar el techo de la deuda" cuando ambos se reúnan el miércoles en la Casa Blanca.
En el que será el primer encuentro entre Biden y McCarthy desde que fue elegido presidente de la Cámara, el republicano adelantó que quiere abordar los recortes del gasto junto con el aumento del límite de la deuda, a pesar de que la Casa Blanca ha descartado vincular esas dos cuestiones.
"Sé que el presidente dijo que no quería tener ninguna discusión (sobre recortes), pero creo que es muy importante que todo nuestro gobierno esté diseñado para encontrar un compromiso", dijo McCarthy a Face the Nation de la CBS. "Quiero que nos sentemos juntos, elaborar un acuerdo que podamos sacar adelante para ponernos en la senda del equilibrio y, al mismo tiempo, no poner en peligro ninguna de nuestras deudas".
Una vez alcanzado el techo de la deuda hace dos semanas, el gobierno ha puesto en marcha unas 'medidas extraordinarias' para evitar caer en un impago, lo que podría provocar una catástrofe económica. Sin embargo, el gobierno calcula que esas medidas pueden servir para salir adelante hasta el verano.
Preguntado sobre si daría una garantía, McCarthy aseguró: "No habrá impago", aunque sugirió que esa declaración dependía de la voluntad de negociar de Biden y los demócratas.
El presidente Biden prometió que los recortes a la Seguridad Social y a Medicare no estarían sobre la mesa.
Tema divergente: la financiación del IRS
La Casa Blanca confirmó el domingo la reunión del miércoles sobre "una serie de asuntos". Dijo que Biden esperaba "fortalecer su relación de trabajo" con McCarthy y preguntar sobre el plan del presidente de la Cámara de Representantes sobre el gasto, señalando que el primer proyecto de ley aprobado por los republicanos este año para recortar la financiación del IRS aumentaría en última instancia el déficit.
"El presidente preguntará al presidente McCarthy si tiene intención de cumplir con su obligación constitucional de evitar un impago nacional, como han hecho todos los demás líderes de la Cámara de Representantes y del Senado en la historia de Estados Unidos", dijo la Casa Blanca. "Subrayará que la seguridad económica de todos los estadounidenses no puede ser rehén para forzar recortes impopulares a las familias trabajadoras".
McCarthy fue elegido presidente de la Cámara de Representantes en una histórica 15ª votación celebrada el 7 de enero, superando las resistencias de sus propias filas y las tensiones que han puesto a prueba la capacidad de gobernar de la nueva mayoría republicana.
La noticia de la esperada reunión en la Casa Blanca llega en un momento de división del gobierno en Washington, con la crisis del techo de la deuda en ciernes y los republicanos de la Cámara de Representantes dispuestos a la confrontación.
McCarthy ha estado ansioso por empujar a Biden a la mesa de negociaciones, con la esperanza de cumplir las promesas que el líder del Partido Republicano hizo a los opositores durante su campaña para convertirse en presidente de la Cámara de reducir el gasto federal a los niveles del presupuesto de 2022, lo que supondría un considerable recorte presupuestario del 8%.
La Casa Blanca ha dejado claro que Biden no está dispuesto a hacer concesiones políticas a cambio de elevar el límite de endeudamiento. Estados Unidos se topó con ese límite a mediados de este mes.
El propio Biden se ha mofado de la idea de negociar recortes del gasto y la semana pasada dijo a los líderes demócratas del Congreso que los republicanos se tomaban "realmente en serio recortar la Seguridad Social, recortar Medicare".
El domingo, cuando se le preguntó a McCarthy si impulsaría recortes a esos programas, dijo: "Saquémoslos de la mesa". Presionado sobre posibles recortes en defensa que podría haber prometido a los conservadores de la Cámara, McCarthy respondió: "Quiero eliminar el despilfarro dondequiera que esté. Quiero examinar todos y cada uno de los departamentos".
Demócratas rechazan la agenda del Freedom Caucus en las negociaciones
El representante de Washington Adam Smith, principal demócrata en la Comisión de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, dijo que su partido apoya un plan fiscal claro para el futuro, pero que los republicanos han sido poco sinceros al abordar la cuestión.
"No deberíamos estar negociando sobre si debemos o no pagar nuestras facturas. Esa es nuestra posición", dijo Smith a Fox News Sunday. "Ahora mismo, los republicanos no tienen un plan. Su plan, liderado por los extremistas de su partido, es quejarse del gasto, no elevar el techo de deuda, pero no ofrecer realmente un plan que diga: 'Esto es lo que vamos a recortar'".
El próximo enfrentamiento por el límite de deuda tiene un precedente familiar.
Hace poco más de una década, una nueva generación de republicanos del Tea Party llegó al poder, deseosos de enfrentarse al gobierno de Barack Obama para recortar el gasto federal. Como vicepresidente en aquel momento, Biden fue fundamental en esas negociaciones. Pero los republicanos de la Cámara de Representantes y la Casa Blanca nunca pudieron llegar a un acuerdo, lo que provocó una crisis fiscal. Esta vez, Biden y sus aliados demócratas en el Congreso no están dispuestos a negociar con una nueva era de republicanos de línea dura liderados por el Freedom Caucus.
McCarthy señaló la experiencia previa de Biden en el intento de negociar recortes del gasto y dijo que tiene esperanzas de que el presidente esté abierto a escuchar de nuevo.
"Creo que el presidente estará dispuesto a llegar a un acuerdo", dijo McCarthy.
En una entrevista concedida a la AP el pasado fin de semana, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dijo que esperaba que el Congreso votara finalmente a favor de elevar el límite. Pero afirmó que las exigencias del Partido Republicano de recortar el gasto a cambio de respaldar un aumento eran "algo muy irresponsable" y corrían el riesgo de crear una "calamidad autoimpuesta" para la economía mundial.