Estados Unidos exige reformas, no más represión

"Urge un discurso reparador y un debate sosegado sobre reforma, igualdad ante la justicia, oportunidades e inclusión racial, para fortalecer nuestra democracia y revitalizar nuestro contrato social".

Protesta contra la brutalida policial y el racismo frente a la Casa Blanca. 4 de junio del 2020.
Protesta contra la brutalida policial y el racismo frente a la Casa Blanca. 4 de junio del 2020.
Imagen Sarah Silbiger/Getty Images

En este espacio hemos insistido en la determinación de argumentar cómo las políticas de Trump implican una peligrosa regresión para los Estados Unidos en materia de derechos humanos y civiles, y el tema lo abordamos como parte de nuestro libro las 94 paradojas para pensar el Siglo XXI.

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En su momento, abordamos los terribles acontecimientos de Charlottesville como lamentable expresión de este retroceso, tras los cuales, por cierto, todo ha empeorado. Como si no fuese suficientemente difícil lidiar con la pandemia, ahora enfrentamos una crispación en el país, tras el asesinato de George Floyd, en Minneapolis.

Ha sido una semana de protestas, por lo general masivas y pacíficas, impulsadas por la indignación y un justificado clamor de justicia, debida a la deuda histórica con la comunidad afroamericana en los Estados Unidos. La nación rechaza un racismo sistémico, cuyo cese pasa por una reforma de la justicia penal y la cancelación inmediata de los excesos en las prácticas policiales, entre otras manifestaciones de desigualdad racial en los Estados Unidos.

George Floyd murió gritando: "No puedo respirar"… y así se sienten millones de estadounidenses. La sensación de opresión creció después de que su verdugo, el oficial de policía (cuyo historial de brutalidad es vergonzoso), fue acusado de asesinato en tercer grado, en clara manipulación legal para ubicarlo en la sanción más leve. Como si el país en pleno no hubiera visto las imágenes de la muerte por sofocación de George Floyd, un hombre rendido ante la autoridad, esposado, rogando por su vida, así como a los muchos testigos que pedían al oficial que dejara de actuar con alevosía y odio.

El caso de George Floyd es uno de los muchos que suceden a diario, y se suma a una dolorosa lista de recientes situaciones que han llamado la atención e indignación del país entero. Es parte del grueso y doloroso expediente de las injusticias procesales contra personas de color en el sistema penal estadounidense, que llegaron al extremo de condenas a pena de muerte por crímenes no cometidos por los acusados, aplicadas por jurados prejuiciados racialmente o manipulados para llegar a esos fallos judiciales por policías, fiscales y jueces comprometidos en dicha injusticia.

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Se suma también al flagelo de la encarcelación masiva de afroamericanos y latinos, privados de libertad a partir de enjuiciamientos que no resistirían un examen objetivo y que ha redundado en privativas de libertad. Para contextualizar esta afirmación vale la pena dar lectura al informe apartidista de la prestigiosa organización “Sentencing Project” presentado a la relatoría para los derechos humanos de la ONU.

Mi último noticiero
Jorge Ramos

“Al decir esta noche mis últimas palabras en el noticiero, me quedé pensando en todo lo que me queda por delante. Después de todo, los periodistas nunca se retiran. Estamos condenados toda la vida a perseguir noticias, a perseguir lo nuevo”. <br/>

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Opinión
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Inventando otro Macondo
Jorge Ramos

“El reto de la serie era, en el mejor de los casos, complementar al libro y dar una visión, entre millones, de cómo era la vida en Macondo. Y lo logra. Agradezco las narraciones tomadas íntegramente del libro y las magníficas actuaciones marcadas por las páginas más que por las improvisaciones”.

Cómo vencer a Trump
Jorge Ramos

<b>“</b>En la cabeza de Trump todo conspira para demostrar su poder. Ganó la elección y el voto popular, se desvanecen los juicios en su contra, y legalmente se siente protegido para hacer lo que se le pegue la gana. Se siente en el tope. Es en este contexto que Trump amenazó con la imposición de aranceles contra México, Canadá y China”.

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Opinión
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En México nadie sabe cómo
Jorge Ramos

<i>“Duele pero hay que decirlo: en México nadie sabe cómo detener la violencia. Si lo supieran, ya lo hubieran intentado. Lo que hemos visto desde la época de Felipe Calderón, cuando se declaró la guerra contra los narcos, son distintos experimentos -todos fallidos- para enfrentar la violencia”.</i>

La cruel y tonta idea de las deportaciones masivas
Jorge Ramos

<i>“Causarán un daño irreparable a miles de familias y a la economía estadounidense. No se trata de expulsar a los indocumentados sino de integrarlos a este país. Sería mucho más barato y efectivo. Pero Trump y sus asesores solo se oyen a sí mismos”.</i>

Trump: una amenaza para México
Jorge Ramos

“Hay mucho que negociar antes que Trump tome posesión el 20 de enero. Pero el peligro de deportaciones masivas, aranceles y hasta de operaciones militares en su territorio ha puesto en alerta a la nueva presidenta de México. Sheinbaum y Trump ya hablaron y se dijeron esas cosas huecas que se dicen los presidentes por teléfono”.

Y si los latinos deciden la elección…
Jorge Ramos

“La realidad es que cada vez hay más votantes latinos. Este año hay 36.2 millones de hispanos elegibles para votar, casi cuatro millones más que en 2020, según el centro Pew. Y aunque no todos van a salir a votar, los que lo hagan serán suficientes para definir quién será el próximo presidente o presidenta de Estados Unidos”.

El enemigo perfecto
Jorge Ramos

“Gane quien gane la elección en Estados Unidos, las cosas van a empeorar para los recién llegados. Los inmigrantes son el enemigo perfecto en esta campaña electoral. Son muy vulnerables, lo dejaron todo en su país de origen y no se pueden defender de los ataques injustificados de los políticos que solo quieren ganar votos”.

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Opinión
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  El mundo imaginario de Donald Trump
Jorge Ramos

&quot;En este caso, nos toca apuntar y corregir todas las mentiras que Trump ha dicho -y que sigue diciendo- sobre los inmigrantes, sobre la insurrección del 6 de enero del 2021 y sobre todos los esfuerzos ilegítimos por negar los resultados de las elecciones del 2020. Las democracias mueren, primero, desde dentro&quot;.

Por la familia, todo: Ruben Gallego sobre su candidatura para ser el primer senador latino de Arizona
Rubén Gallego

&quot;A los 14 años, vi a mi familia y a mi comunidad y me dije: hay un futuro mejor para nosotros; podemos progresar y las cosas pueden mejorar. Todo lo que hago y lo que soy tiene sus raíces en mi comunidad latina, y me llena de humildad poder llegar a representar a nuestra comunidad en el Senado. Es un deber que asumiré con orgullo y mucho honor.&quot; Read this content in <a href="https://www.univision.com/univision-news/opinion/por-la-familia-todo-ruben-gallego-on-running-to-be-arizonas-first-latino-senator" target="_blank" link-data="{&quot;cms.site.owner&quot;:{&quot;_ref&quot;:&quot;00000147-f3a5-d4ea-a95f-fbb7f52b0000&quot;,&quot;_type&quot;:&quot;ae3387cc-b875-31b7-b82d-63fd8d758c20&quot;},&quot;cms.content.publishDate&quot;:1726508152821,&quot;cms.content.publishUser&quot;:{&quot;_ref&quot;:&quot;0000017b-d1c8-de50-affb-f1df3e1d0000&quot;,&quot;_type&quot;:&quot;6aa69ae1-35be-30dc-87e9-410da9e1cdcc&quot;},&quot;cms.content.updateDate&quot;:1726508152821,&quot;cms.content.updateUser&quot;:{&quot;_ref&quot;:&quot;0000017b-d1c8-de50-affb-f1df3e1d0000&quot;,&quot;_type&quot;:&quot;6aa69ae1-35be-30dc-87e9-410da9e1cdcc&quot;},&quot;link&quot;:{&quot;target&quot;:&quot;NEW&quot;,&quot;attributes&quot;:[],&quot;url&quot;:&quot;https://www.univision.com/univision-news/opinion/por-la-familia-todo-ruben-gallego-on-running-to-be-arizonas-first-latino-senator&quot;,&quot;_id&quot;:&quot;00000191-fbe7-dddd-a5f7-ffef61bf0000&quot;,&quot;_type&quot;:&quot;ff658216-e70f-39d0-b660-bdfe57a5599a&quot;},&quot;linkText&quot;:&quot;english&quot;,&quot;_id&quot;:&quot;00000191-fbe7-dddd-a5f7-ffef61bb0000&quot;,&quot;_type&quot;:&quot;809caec9-30e2-3666-8b71-b32ddbffc288&quot;}">english</a>.

Allí se documenta en detalle la injusticia, por ejemplo: Aunque los afroamericanos y los latinos representan el 29% de la población de los EEUU, integran el 57% de la población carcelaria; y la razón de este exceso es que resulta más probable que los fiscales acusen a las personas de color por delitos que conllevan penas más pesadas que a la poblacion blanca, a todo nivel.

Son muchas las causas, incluyendo, además de los prejuicios, el acceso a una defensa adecuada que no es posible para las poblaciones vulnerables o en situación de pobreza, fundamentalmente, personas de color. Pero mas aún, la acción policial suele enfocarse prejuiciosamente en contra de las comunidades de color, por los mismo hechos, como demuestra el informe citado.

Entre muchas otras cifras y hallazgos, los afrodescendientes tienen 3.7 veces más probabilidades de ser arrestados por posesión de marihuana que los blancos, a pesar de que su tasa de consumo de marihuana es comparable. Esa realidad se ha agravado, expresándose como una tendencia en todas las ofensas legales; y las cifras son igualmente alarmantes cuando se examinan las dificultades de reinserción a la sociedad, después de cumplir condena penal, para la población afroamericana o latina, comparados con los ex-convictos anglosajones.

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No podemos, pues, sustraer nuestra mirada de la esencia de este movimiento contra la injusticia racial; y limitarnos a señalar responsabilidades por los disturbios aislados y la violencia que conllevaron, unas veces por la acción deliberada de los agitadores, otras, por oportunismo y otras más, como respuesta a la desmedida represión de la policía.

Mucho menos podemos admitir la manipulación que intenta deslegitimar la protesta tildándola de violenta por diseño o sugiriendo que obedece a una agenda ideológica o de desestabilización. No. Ese no es el caso. La realidad es que hay un déficit de justicia racial, que se evidencia en muchos órdenes; y su único responsable no es Trump (cuya visión de las cosas y ejercicio como Presidente es parte crucial del problema), pues se trata de una cuestión sistémica, que requiere correctivos en distintos planos, desde el ámbito federal hasta el nivel local de gobierno.

Como el presidente Obama escribió esta semana, en un magnífico artículo, o lo que expresó Joe Biden el martes en un discurso brillante en Filadelfia, la fuerza del movimiento radica en evitar la violencia o los saqueos, que en última instancia podría afectar a los negocios de personas de color; pero sobre todo, en reivindicar la legitimidad del derecho fundamental "a congregarse y exigir al gobierno reparación por los agravios", como se establece en la Primera Enmienda de la Constitución.

Las protestas en Estados Unidos, como subrayan Obama y Biden entre muchas otras voces y líderes sociales, son esencialmente pacíficas y legítimas. Están basadas en un reclamo de justicia. Eso es lo que debe abordarse adecuadamente y de buena fe, para evitar la desviación indeseable hacia el círculo vicioso de represión y violencia.

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El presidente Trump ha sido muy controversial y divisivo. Se ha negado a escuchar los reclamos de justicia racial, causal de estas protestas. Da la impresión de que, por falta de empatía, no los entiende ni encuentra cómo relacionarse con ellos. Más bien, ha respondido hablándole a su base política, que incluye a muchos que son parte del problema que se denuncia.

Su reflejo ha sido aumentar la represión. Y, lo más peligroso, con prescindencia de la norma constitucional, amenaza con desplegar a los militares dentro de los estados contra sus propios ciudadanos, y sin que medien solicitudes de intervención por parte de los gobernadores.

En su discurso frente a la Iglesia St. John’s en Washington DC, Trump se abrió paso luego de reprimir brutalmente una protesta pacífica en la plaza Lafayette, frente a la Casa Blanca; y además de hablar de la militarización de los estados, en lugar de sanar las heridas de la sociedad, abrazando el planteamiento de la defensa de los derechos civiles y proponiendo una reforma al sistema de justicia, aludió a los derechos de los ciudadanos bajo la segunda enmienda de la Constitución, usando la técnica que en comunicaciones políticas se denomina “silbato canino”, para sugerir que quienes no están de acuerdo con las manifestaciones, pueden volverse contra otros ciudadanos con sus propias armas si es necesario (o para apoyar su agenda). Es una pesadilla. Un uso, en extremo imprudente e irresponsable, del poder presidencial.

La pandemia, contexto en el que se producen las protestas, ha expuesto las inequidades que afectan a las comunidades de color con asimétrico descomedimiento. El porcentaje de personas infectadas por covid-19, fallecidas y cuyos trabajos o negocios se perdieron, son personas de color en medida muy superior al resto de la población. Por lo tanto, ningún contexto podría ser más peligroso para la intolerancia, la demagogia y el libreto del populista autoritario.

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Urge un discurso reparador y un debate sosegado sobre reforma, igualdad ante la justicia, oportunidades e inclusión racial, para fortalecer nuestra democracia y revitalizar nuestro contrato social. Esto exige liderazgo con empatía. Ideas concretas. Bipartidismo. Requiere que todos escuchemos y nos unamos. No escalar en la represión, ni mucho menos atizar los ánimos ya caldeados con la gasolina del cinismo.

Nota : La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.