General Motors (GM) anunció este lunes el cierre de cinco plantas de ensamblaje de transmisiones y de automóviles en Norteamérica y el despido de casi 14,700 de sus empleados, según informó la agencia AP, lo que significa un 15% de su fuerza laboral.
GM cierra producción en 5 plantas en Norteamérica y despedirá miles de trabajadores
El fabricante de automóviles indicó que la medida es parte de la aceleración de su "transformación para el futuro" y la "reorganización" de su plantilla global para "alinear su capacidad de fabricación". La medida se toma luego de la imposición de aranceles por parte de Trump a países productores de acero.

Entre las plantas afectadas están la de Lordstown, Ohio, que produce el Chevrolet Cruze; la planta de Detroit-Hamtramck, donde se ensambla el Chevrolet Volt, el Buick LaCrosse y el Cadilac CT6; su planta de Oshawa, en Ontario, que fabrica el Chevrolet Impala; así como dos plantas de producción de cajas de transmisión en Baltimore y Warren, Michigan.
Las cinco emsambladoras dejarán de producir el año entrante y algunas de ellas podrían reactivarse dependiendo de las negociaciones que se lleven a cabo con el sindicato de la empresa, United Auto Workers.
El fabricante de automóviles indicó que los cierres son parte de la aceleración de su "transformación para el futuro" y la "reorganización" de su plantilla global para "alinear su capacidad de fabricación".
El anuncio se produce luego que el gobierno de Donald Trump aumentó los aranceles del acero a China y otros países productores.
El efecto de los aranceles de Trump
En julio pasado, Washington puso en efecto un 25% de aranceles sobre productos chinos por un total de $34,000 millones, una cifra que amplió hasta $200,000 millones dos meses más tarde.
Eso afecta la exportación de autos chinos para el mercado estadounidense, así como la producción de partes automotrices y acero para la industria. GM asegura que sus costos subieron $1,000 millones como consecuencia de la guerra comercial declarada por Trump.
En su comunicado, la empresa cita la necesidad de adaptarse a un mercado en baja dentro de EEUU y China, sus dos principales mercados, además de la necesidad de desarrollar nuevos productos, como autos eléctricos y autónomos para adaptarse a los cambios tecnológicos en la industria.
Y aunque la información oficial de la corporación no hace referencia a temas de política económica, algunos señalan que parte de esos problemas financieros que la empresa dice querer hacer frente se deben al aumento de materia prima y otros productos consecuencia de la imposición de aranceles decidida por el presidente Trump.
En aquel momento las tres grandes automotrices estadounidenses (GM, Ford y Fiat-Chysler) cuestionaron la política, porque consideraban que desequilibraría el intrincado sistema global de producción de autos que ha establecido gracias a acuerdos de libre comercio, sobre todo con Canadá y México.
GM indicó en un comunicado oficial que la política de aranceles “socava la capacidad competitiva de GM frente a productores extranjeros de autos al erigir amplias barreras que incrementas nuestros costos globales”, de acuerdo con la queja que presentó ante el Departamento de Comercio.
Críticas bipartidistas
En una rara reacción bipartidista, los dos senadores de Ohio, el republicano Rob Portman y el demócrata Sherrod Brown, fustigaron la decisión de la empresa, por las consecuencias que tiene para los trabajadores de la planta de Lordstown.
En un mensaje en su cuenta de Twitter, Brown aseguró que GM debe a esa comunidad una “explicación sobre cómo el resto de la cadena de suministros será impactada y las consecuencias que esta desastrosa decisión tendrá sobre (la región de) el Valle y Ohio”.
GM owes the community answers on how the rest of the supply chain will be impacted & what consequences its disastrous decision will have on the Valley & Ohio. My office stands ready to do everything we can to help these workers. This decision is corporate greed at its worst. -SB
— Sherrod Brown (@SenSherrodBrown) November 26, 2018
El senador demócrata recordó que la automotriz se benefició del recorte de impuestos corporativo que promulgó el presidente Trump y “falló en invertirlo en trabajos estadounidenses”, citando la decisión anunciada en junio de trasladar parte de la producción de camionetas a una planta en México.
Mientras tanto, Portman dijo estar “frustrado” con el anuncio, al tiempo que lamentó “cómo estos empleados abnegados han sido tratados a lo largo del proceso”.
















