Julia (*) trabajaba en labores de mantenimiento en tres sucursales bancarias en el sur de Puerto Rico cuando la pandemia del coronavirus arreció y las autoridades ordenaron cerrarlas temporalmente en abril pasado. Recortaron sus horas laborales y, con ello, su cheque quincenal pasó a ser de unos $350.
Ocho semanas esperando una ayuda por desempleo que no llega y $600 adicionales que pronto vencerán
Preocupa cada vez más la cantidad de personas que como Julia –con quien conversamos– siguen sin ver siquiera un primer cheque de ayuda por desempleo cuando los nuevos pedidos de este balón de oxígeno permanecen por encima del millón semana tras semana. Sigue aquí lo último sobre la pandemia.
A pesar de que los bancos reabrieron sus puertas semanas después, Julia sigue sin trabajar su horario completo en medio de las restricciones para evitar los contagios con el virus en la isla. El sueldo mínimo que gana por hora se va casi en su totalidad en pagar el vehículo y la gasolina que usa para ir a limpiar las sucursales bancarias, contó a Univision Noticias. También en seguir cumpliendo con el pago de una tarjeta de crédito y de un préstamo personal, agregó.
Julia, de 40 años, habla con voz pausada pero su relato evidencia el viacrucis financiero que la pandemia le ha dejado de imprevisto. Solicitó la ayuda por desempleo parcial tan pronto recortaron sus horas de trabajo a fines de abril y, asegura, le fue aprobada.
Se supone que recibiera un primer desembolso para la semana del 19 de mayo. Y, casi ocho semanas después, todavía lo está esperando. Tanto el monto máximo de $190 semanales que aplica en Puerto Rico como los $600 adicionales aprobados dentro del masivo paquete de estímulo económico aprobado por el Congreso en marzo para sortear la inédita crisis de salud pública.
“Solicité el (subsidio por) desempleo, me llegó la carta de que me lo aprobaron, pero nunca recibí el documento para reclamar las semanas”, dijo en una conversación telefónica.
“Nadie me ha llamado, no sé nada, no sé si realmente ya entraron la solicitud al sistema", agregó preocupada.
El caso de Julia se ha repetido por miles en Puerto Rico y en decenas de estados donde las oficinas del Departamento del Trabajo pasaron de la noche a la mañana a recibir una avalancha de solicitudes con sistemas añejos y sin el personal necesario para procesarlas.
Los hispanos en todo Estados Unidos han estado entre los más golpeados por la pandemia, con una tasa de desempleo del 14.5%, que llegó a estar en abril cerca del 20%, según datos oficiales.
Se han visto filas desde horas de la madrugada frente a los centros gubernamentales, cuadros telefónicos colapsados, páginas de internet caídas y solicitudes devueltas por errores que en ocasiones ni siquiera son explicados a la persona que la llenó.
Así lo ha reconocido el propio gobierno en Puerto Rico, donde el recientemente designado secretario del Trabajo, Carlos Rivera, dijo se han recibido 540,000 solicitudes del subsidio por desempleo en los últimos meses, 11 veces más que lo recibido en todo el año pasado.
Aún deben resolver unas 130,000 solicitudes, que Rivera afirmó están agilizando vía telefónica pues los 300 turnos diarios para atender a las personas presencialmente están llenos hasta mediados de agosto. Julia espera que la suya, una de esas 130,000 pendientes, sea resuelta pronto. Aunque ha intentado sin éxito obtener una cita a través de la web que ha promocionado el gobierno.
"Como tengo depósito directo sigo chequeando y nada (...) 'Su cuenta no refleja ningún deposito'", es lo que escucha cada vez que llama por teléfono para revisar si la ayuda finalmente se concretó.
Una 'línea de vida' que está por acabarse
Actualmente preocupa esa demora y la cantidad de personas como Julia que siguen sin ver siquiera un primer cheque de ayuda por desempleo cuando los nuevos pedidos de este balón de oxígeno permanecen por encima del millón semana tras semana. Analistas anticipan que la situación empeore en medio del sostenido repunte en los contagios y los cierres decretados por segunda ocasión en estados como California.
En la última semana reportada –la finalizada el 4 de julio– 1.3 millones recurrieron a la ayuda por desempleopor primera vez. Asimismo, 18.1 millones de personas la continúan necesitando, una cifra impensable a inicios del año y que refleja el descalabro sin precedentes en el mercado laboral.
También preocupa con particular fuerza el que el 26 de julio venzan los $600 que se han sumado semanalmente al subsidio por desempleo, pues una posible ampliación por más tiempo aún no ha sido acordada en un Senado controlado por los republicanos.
Especialmente cuando voces republicanas de peso, como Mitch McConnell aseguran que ese dinero desalienta que las personas busquen un nuevo trabajo, una narrativa que expertos laborales consideran errada.
Esos $600 adicionales "son un beneficio esencial en este momento porque lo que intentan es subsanar el hecho de que los beneficios por desempleo reemplazan solamente cerca del 40% de los salarios", explicó a inicios de junio Michele Evermore, experta del National Employment Law Project, ante el Comité de Finanzas del Senado.
"En momentos en que trabajadores con bajos salarios afrontan facturas que se acumulan como resultado de la crisis del covid-19, incluyendo los pagos atrasados de la renta y otros servicios, ese ingreso incrementado que provee el Pandemic Unemployment Compensation (los $600 adicionales) es en ocasiones lo que separa a los trabajadores y a sus familias de quedar en la calle", agregó.
Ese dinero "es una línea de vida que no desincentiva trabajar (...) Bajo las leyes del seguro por desempleo de cada estado, una persona es inelegible para esos beneficios si rechaza un trabajo adecuado", acotó.
Los congresistas regresarán la próxima semana a Washington y tendrán tres semanas clave para alcanzar un acuerdo respecto con esta ayuda por desempleo y el posible envío de otra ronda de cheques a los hogares del país, los dos puntos que más preocupan a los millones que siguen sin empleo.
En esta nota explicamos cuáles son las posturas de las voces clave en este asunto:
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Si aún no recibes el subsidio por desempleo o lo recibiste y quisieras contarnos cómo te ha ayudado me puedes escribir a pvelez@univision.net.
(*) Hemos utilizado otro nombre para resguardar la identidad de la persona que nos brindó su testimonio.
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