Los senadores regresarán a Washington el 8 de septiembre y la principal interrogante es si retomarán las conversaciones para un nuevo paquete de ayudas federales, abandonadas a inicios de agosto en medio de agrias recriminaciones y lejanas posturas tras semanas de negociaciones.
¿Habrá un nuevo cheque tras el receso del Congreso? Te explicamos en qué punto están las negociaciones
Los negociadores de la Casa Blanca y los legisladores republicanos y demócratas abandonaron las conversaciones el 7 de agosto con agrias recriminaciones y diferencias sobre a cuánto debe ascender y qué debe contener otro paquete de estímulo económico. Ha pasado casi un mes y las partes lucen inamovibles en sus posturas.
El único movimiento del que se ha sabido desde el 7 de agosto se produjo esta semana, cuando la líder demócrata Nancy Pelosi habló unos 25 minutos por teléfono con el jefe de gabinete de Donald Trump, Mark Meadows, quien junto al secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, se han encargado de negociar por parte de la Casa Blanca.
Diálogo en el que, de acuerdo con Pelosi, no hubo un acercamiento que presagie un potencial consenso más adelante.
"La conversación dejó claro que la Casa Blanca sigue desestimando las necesidades del pueblo estadounidense mientras la crisis del coronavirus devasta vidas (...) Los demócratas estamos dispuestos a reanudar las negociaciones una vez que los republicanos comiencen a tomar este proceso seriamente", dijo Pelosi en la víspera en una conferencia de prensa.
La Casa Blanca no se ha pronunciado sobre lo que se conversó, mientras que el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, reiteró citado por Politico que llegarán a un consenso aunque reconociendo que por el momento siguen entrampados.
"Te puedo decir que alcanzaremos un acuerdo sobre otro paquete de estímulo, pero creo que necesitamos otro", sugiriendo la posibilidad de redactar un nuevo plan desde cero. "Espero que podamos unirnos otra vez porque el coronavirus no está involucrado en la elección de Estados Unidos. No le importa quién gane", dijo.
Lo dicho por Pelosi también sugiere que, al menos con la Casa Blanca, las partes siguen alejadas en lo que respecta a cuánto debe ascender el nuevo paquete y qué debe contener.
Por un lado, los demócratas siguen dispuestos a recortar en $1 billón, a unos $2.2 billones, el monto de su propuesto paquete de ayudas. Por el otro, los republicanos permanecen firmes en la cantidad de $1 billón del plan que presentaron en agosto, bautizado como el HEALS Act.
Antes de que comenzara el habitual receso de verano senatorial eran varios los puntos espinosos que separaban a los congresistas y a la Casa Blanca. Ahí entraban, por ejemplo, la renovación del subsidio adicional de $600 semanales por desempleo –vencido a fines de julio– y la asignación de fondos a los estados.
Los demócratas buscaron extender la entrega de los $600 en su totalidad hasta principios del próximo año, mientras los republicanos abogaron por reducir la ayuda a $200 semanales por un par de meses y poner en marcha un nuevo esquema bajo el cual las millones de personas desempleadas recibirían el equivalente al 70% del salario perdido.
Como ello quedó en un limbo, Trump firmó un memorando reasignando fondos de la oficina para el manejo de emergencias, FEMA, a este subsidio federal.
Ahora, FEMA ha aprobado fondos para que los estados entreguen $300 semanales, pero ese dinero sería suficiente solo por unas cinco a seis semanas y podría tardar en llegar a los bolsillos de las personas pues cada Departamento del Trabajo debe ajustar sus sistemas a este nuevo mecanismo.
¿En qué quedó el envío de otro cheque?
Otro punto que dividía a los demócratas y republicanos era la asignación de fondos a los estados: los primeros apuntaban a darles unos $900,000 millones y los segundos aflojaron levemente su postura inicial de no otorgar nada prometiendo luego unos $150,000 millones.
Esto en medio de la pelea de Trump con gobernadores demócratas a los que acusa sin fundamentos de querer afectar sus posibilidades de reelección 'cerrando' sus economías.
Sí hubo un acuerdo en el asunto de enviar una segunda ronda de cheques a los hogares siguiendo los mismos parámetros de la primera, sin embargo ello quedó en un punto muerto en medio de las idas y venidas entre los congresistas y los negociadores de la Casa Blanca.
Durante el receso del Congreso hubo reportes de que ambos bandos podrían proponer paquetes menos ambiciosos con el fin de acercar posiciones sobre el 'precio' final del mismo. Pero desde entonces eso también parece haber sido desestimado.
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