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Economía

5 consejos prácticos para protegerte de la inflación y una posible recesión

Los economistas ya discuten si se puede hablar de la tan temida estanflación en Estados Unidos después de que a la histórica inflación se le uniera lo que muchos analistas consideran ya técnicamente recesión: segundo trimestre de crecimiento negativo... Sea lo que sea, lo importante es qué puedes hacer para salvaguardar las finanzas de tu familia.
Publicado 28 Jul 2022 – 02:48 PM EDT | Actualizado 28 Jul 2022 – 03:10 PM EDT
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La inflación excesiva y la recesión son dos problemáticos fenónemos de la economía que suelen repelerse como el agua y el aceite. El descontrol de precios tiene que ver con un sobrecalentamiento de la economía; todo lo contrario del enfriamiento que supone una recesión.

Es muy raro que se den las dos cosas, pero estamos en 2022, hijo del expansivo 2021 y nieto del recesivo 2020, y a la alta inflación se acaba de unir este jueves la confirmación de que la economía se contrajo por segundo trimestre consecutivo (algo que muchos consideran técnicamente recesión).

A la subida excesiva de precios con ausencia de crecimiento los economistas lo llaman "estanflación" y le tienen mucho miedo porque no ven la manera de arreglarla. Las subidas de tasas de interés con que la Reserva Federal busca atajar la inflación no hacen más que agravar el estancamiento, y viceversa.

Pero dejemos a los políticos y los teóricos discutir si se puede hablar o no de recesión y estanflación (dados los buenos números del mercado de trabajo, por ejemplo), y centrémonos en lo importante, qué podemos hacer los ciudadanos de a pie para proteger nuestras finanzas personales y la economía de nuestras familias.

1. Empieza por gastar menos de lo que ganas

Para prepararte para las complicaciones económicas que los expertos temen que se vengan en los próximos meses hay que empezar por tener un presupuesto saneado, algo que para muchos resulta muy complicado ya desde hace tiempo y que la inflación no ha hecho más que empeorar.

Como seguramente sabes lo que ganas, necesitas averiguar lo mínimo que requieres para vivir cada mes, es decir, cuánto dedicas a cuestiones esenciales como vivienda, comida, transporte y otras necesidades básicas como el seguro de salud.

Del cálculo debes excluir gastos “innecesarios o de capricho” como salir a comer fuera o una prenda de ropa que te gustaría tener pero sin la que puedes vivir perfectamente.

Y si tus ingresos no cubren tus gastos básicos, no te queda más remedio que hacer los sacrificios necesarios para revertir la situación.

2. Crea un “fondo de supervivencia”

Aunque no sea el caso en la actualidad, si algo marca una recesión es la destrucción de empleo, por eso para lo primero que conviene estar preparado es para la posibilidad de que nos quedemos sin trabajo.

Según la Fed, a finales de 2021 el 32% de los estadounidenses no disponían de $400 en efectivo para hacer frente a una emergencia como una factura médica inesperada o una avería en el auto, así que no hablemos de quedarse desempleado.

Para estar blindado ante el riesgo de perder el trabajo que implica una recesión, lo mejor es crear un “fondo de supervivencia”. Empenzando por tener al menos $1,000 para hacer frente a imprevistos, lo ideal es acumular lo suficiente para salir adelante durante tres a seis meses.

La idea es que, aproximadamente, ese sería el tiempo que tardarías en encontrar un nuevo empleo. Y aunque tal como están las cosas debería ser menos, la situación puede cambiar.

3. Líbrate de las deudas, con una estrategia

Junto al fondo de superviviencia, o tal vez incluso antes, deshacerte de las deudas es también una manera de prepararte para una recesión. Esto tiene particular sentido ahora ya que la Fed no ha dado señales contundentes de que vaya a dejar de subir las tasas de interés.

Para saldar las deudas, empezando evidentemente por no contraer más, puedes seguir dos estategias: la avalancha y la bola de nieve.

El método de la avalancha consiste en ordenar lo que se debe por el interés que se paga, hacer los pagos mínimos en los de menos interés y cancelar lo máximo que tengas disponible en los que más interés pagan. Una vez se salde el primer crédito, usas el dinero para atacar el siguiente, y así sucesivamente.

La estrategia de la bola de nieve es básicamente el mismo concepto pero ordenando las deudas por monto adeudado para empezar por la de menor cantidad. Parece menos recomendable en un contexto de crecientes tasas de interés pero es por la que apuestan algunos gurús de las finanzas personales por el efecto psicológico de ir consiguiendo objetivos.

Una vez estés libre de deudas de tarjetas de crédito, financiación de vehículos, crédito estudiantil, etc., hay quien recomienda seguir con la hipoteca, adelantando pagos para vivir libre de esta carga lo antes posible.

Sin embargo esto es una idea al menos discutible, al menos este año. Y es que mientras la inflación esté por encima del interés que pagas, como es probablemente el caso ahora, seguramente no conviene adelantar el dinero.

4. Prepárate para el caso de que pierdas el trabajo

Si como decimos los efectos más perniciosos de la estanflación son la pérdida del poder adquisitivo y la destrucción de empleo, conviene saber qué hacer en caso de despido.

Para esto, puedes empezar por familiarizarte con tu paquete de indemnización y los beneficios que te corresponderían.

También viene bien mantener actualizado tu currículum para el caso que te toque salir a buscar empleo y nunca sobra reciclarse en cuanto a formación.

Otra idea que recomiendan algunos asesores es contratar un seguro para el caso de pérdida de empleo.

5. Aplica estrategias para ahorrar en la cesta de la compra para amortiguar la inflación

La inflación está en niveles inéditos en los últimos 40 años. En junio, el índice de precios al cosumo interanual fue del 9.1%.

La crisis actual se agudizó a principios de año por el sobrecalentamiento de la economía que provocaron las políticas de estímulo del gobierno tras la crisis del coronavirus, junto a los problemas en la cadena de suministros derivados de los confinamientos. A esto se unió en febrero la invasión rusa de Ucrania y las sanciones internacionales al gobierno de Moscú, hechos que hicieron que se dispararan todavía más los precios de la energía y los alimentos.

La escalada de precios, cuando se sale de control, tiene un enorme potencial destructivo de la economía en general pero también de las finanzas personales, especialmente de los que tienen el presupuesto más ajustado.

Sí que se pueden implementar ciertas estrategias, empezando por llevar un control de cuánto se gasta y en qué. Esta información es crucial a la hora de buscar gastar menos.

Algunos viejos trucos antes de ir al supermercado son hacer una lista de la compra, ir después de comer (el hambre puede propiciar compras impulsivas), optar por marcas blancas (que suelen ser más baratas), descargar cupones de descuento, buscar ofertas...

En la gasolinera puedes usar aplicaciones como Gas Gurú o Gas Buddy para encontrar los mejores precios en tu zona. Aunque lo que más ayuda es moderar el consumo de combustible: lo que no falla es manejar menos y a velocidades más moderadas.

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