La foto viral de Kim Kardashian que ayudó a desmantelar una red de tráfico de antigüedades

La influencer californiana posó junto a un sarcófago egipcio que fue robado durante el levantamiento popular contra el dictador Hosni Mubarak y vendido ilegalmente a un museo de Nueva York. La imagen llegó hasta un informante del gobierno, quien la compartió con el fiscal que investigaba el caso.

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La socialité Kim Kardashian siempre rompe las redes sociales en la Met Gala, el evento anual del Museo Metropolitano de Nueva York. Allí lució el icónico vestido de Marilyn Monroe y en otra ocasión un atuendo que la cubría de pies a cabeza. Precisamente esos reflectores que la siguen a cualquier rincón del recinto ayudaron a descubrir una red internacional de traficantes de antigüedades.

Sucedió en la Met Gala de 2018, cuando la influencer californiana llegó luciendo un vestido dorado. Después de caminar por la alfombra roja se le ocurrió posar a un lado de la pieza más importante del recinto: un sarcófago egipcio. La imagen se viralizó de inmediato.

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Era el ataúd del sacerdote Nedjemankh, que data del Siglo I a. C. El museo neoyorquino lo había comprado por 4 millones de dólares sin saber que le entregaron documentación falsa para ocultar que lo robaron en Egipto en 2011 durante el levantamiento popular contra Hosni Mubarak.

La foto de Kardashian circuló en Instagram y llegó hasta el saqueador que estaba colaborando con la Fiscalía de Nueva York para desmantelar a la banda criminal. Se volvió un informante del gobierno enfadado porque no le pagaron por desenterrar el sarcófago en la región de Minya.


Desde el Medio Oriente, el soplón mandó la imagen de Kardashian y la reliquia por correo electrónico al fiscal asistente Matthew Bogdanos, quien en ese momento colectaba evidencia para formular cargos. La foto fue clave en la investigación que había comenzado en 2013.

Por años, las autoridades de Estados Unidos, Alemania, Francia y Egipto les han seguido la pista a los presuntos traficantes de piezas egipcias y fenicias obtenidas en saqueos. El caso dio un giro en mayo con la detención de Jean-Luc Martínez, expresidente del Museo del Louvre en París, quien enfrenta cargos de lavado de dinero y complicidad para cometer un fraude.

Martínez estuvo al frente del Louvre de 2013 a 2021, era embajador de Francia para la cooperación internacional en temas de patrimonio y encabezó los esfuerzos para salvaguardar los artefactos en riesgo de saqueo y destrucción en las zonas de conflicto.

Al mes siguiente arrestaron a Jean-François Charnier, director de la Agencia France Museums, quien supuestamente autorizó las compras de las piezas robadas a pesar de su dudosa procedencia.

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Según el diario Le Monde, en 2019, un colega de dos egiptólogos franceses les alertó de que sospechaba de la procedencia de una estela de Tutankamón que acabó en el Louvre Abu Dabi.

Esta primavera, los fiscales de Nueva York incautaron cinco antigüedades egipcias del Museo Metropolitano de esa ciudad, incluyendo fragmentos de una pintura del Libro del Éxodo valorados en 1.6 millones de dólares.

También decomisaron un retrato pintado de una mujer que data de entre los años 54 y 68 valorado en 122 millones de dólares.

Las cinco piezas en cuestión fueron adquiridas por el famoso museo entre 2013 y 2015. Juntas tienen un valor superior a los tres millones de dólares.

Cómo llegó el sarcófago al Met

Según un informe de la Fiscalía neoyorquina, Roben Dib, propietario de una galería en Hamburgo, y otros expertos estuvieron involucrados en la venta ilegal del sarcófago de Nedjemankh.

Se alega que, al desenterrar el ataúd en Egipto, los saqueadores arrojaron los restos momificados de Nedjemankh en el río Nilo y por error dejaron un hueso de un dedo en este.

En 2013, entregado la antigüedad a Hassan Fazeli, un comerciante que completó un formulario de exportación indicando falsamente que era un artefacto grecorromano para cubrir los orígenes y su legalidad, y lo envió a Europa.

Más tarde pasó a manos de Roben Dib, que dirigía la Galería Dionysos de Hamburgo. Él se encargó de su restauración y falsificó una licencia de exportación egipcia que indicaba que había sido exportada legalmente en 1971.

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Así llegó al comerciante de antigüedades francés Christophe Kunicki y a su socio Richard Semper, quienes se lo vendieron al Met por 4 millones de dólares.
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El sarcófago de Nedjemankh es mostrado en 2019 en el Museo National de la Civilización Egipcia en Cairo, tras su repatriación desde Nueva York.
El sarcófago de Nedjemankh es mostrado en 2019 en el Museo National de la Civilización Egipcia en Cairo, tras su repatriación desde Nueva York.
Imagen Getty Images


En junio de 2020, la policía francesa arrestó a Kunicki y Semper, bajo sospecha de fraude, lavado de dinero y falsificación de documentos Y en agosto de ese año, las autoridades alemanas arrestaron a Dib.

El sarcófago de Nedjemankh mide casi 6 pies de largo y está revestido de oro, porque los antiguos egipcios lo asociaban con los dioses. Según los textos antiguos, el uso de ese metal en el ataúd habría ayudado al difunto a renacer en la próxima vida. En su exterior tiene escenas y textos destinados a brindar protección al sacerdote y guiarlo a la "vida eterna como un espíritu transfigurado".

En 2019, el museo neoyorquino devolvió el sarcófago al gobierno de Egipto, alegando que había caído en un esquema fraudulento. "Después de enterarnos de que el museo fue víctima de un fraude y que sin darse cuenta participó en el comercio ilegal de antigüedades, trabajamos con la oficina del fiscal para su devolución a Egipto", dijo su director Daniel Weiss en un comunicado.

Weiss dijo que "consideraría todos los recursos disponibles para recuperar el precio de compra del sarcófago" y anticipó que cooperarían con las autoridades para resolver este caso.

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