El video que muestra los 5 minutos de agonía de Mario González antes de morir sometido por la Policía

ALAMEDA, California. – Cuando la operadora preguntó “¿qué más está haciendo?”, el hombre que llamó a la Policía para reportar que Mario González estaba parado en un parque frente a su casa respondió: “Está ahí parado. No está haciendo nada malo, pero a mi esposa le dio miedo”.

Minutos más tarde, un segundo residente de Alameda se comunicó con las autoridades para reportar lo siguiente: “Hay un hombre en el parque. Tiene dos canastas de Walgreens con algunas botellas de alcohol. Parece que les está quitando la etiqueta de seguridad”.

Mario González no estaba armado ni actuaba de manera violenta, según se observa en los videos que este martes hizo públicos la Policía, pero esas llamadas fueron suficientes para que poco después terminara muerto cuando los oficiales Eric McKinley, Cameron Leahy y James Fisher intentaron arrestarlo por un “posible robo” que al momento no han confirmado que ocurrió.

Horas antes de que las autoridades revelaran un video editado de casi una hora de duración con las dos llamadas de emergencia y las imágenes de las cámaras corporales de los tres oficiales involucrados, la familia acusó a la Policía de la ciudad de haber “asesinado a Mario”.

González era padre de un niño de 4 años y el principal encargado de cuidar a su hermano Efraín, de 22 años, quien sufre de autismo. Pero todo cambió cuando intentaron arrestarlo en la cuadra 800 de Oak Street la mañana del 19 de abril.

Las grabaciones no solo muestran las últimas palabras de Mario González antes de morir luego de que los oficiales presionaron sus rodillas contra su espalda y hombre, muy cerca de la nuca, por espacio de 5 minutos, sino que también contradicen el reporte inicial de las autoridades sobre su fallecimiento.

González murió después de lo que la Policía llamó una “emergencia médica” durante “una riña” cuando tres oficiales intentaron doblarle las manos detrás de la espalda. El comunicado inicial sobre el incidente aseguraba que Mario había sido trasladado a un hospital local, “donde más tarde murió”.

Sin embargo, en los videos publicados se escucha a los uniformados repetir “no tiene pulso” antes de comenzar a suministrarle reanimación cardiopulmonar.

“En ningún momento se puso violento ni perdió el control. No hubo una riña, como ellos sugieren. No tenían razón para arrestarlo y mucho menos para matarlo. La Policía llegó a una situación tranquila y la volvió letal”, dijo Gerardo González, hermano de Mario.

Cinco minutos de agonía

Durante 9 minutos, Mario González permaneció tranquilo y de pie mientras hablaba con los oficiales. El primero en llegar a la escena fue el agente Eric McKinley, quien después de más de 5 minutos de cuestionarlo, finalmente se identificó.

Desde los primeros segundos de la grabación se puede observar a González respondiendo de forma incoherente a las preguntas de los uniformados. “Te tengo que identificar y asegurarme que no tengas ninguna orden de arresto”, se le escucha decir al oficial McKinley.

Un minuto después, los dos agentes toman a Mario de los brazos e intentan doblarlos detrás de su espalda. “Deja de resistirte”, le dice un oficial. “No estoy forcejeando, señor”, responde. “Por favor, paren… Paren, no lo hagan”, suplica Mario en varias ocasiones.

El video deja en claro que desde el momento que lo derriban, la rodilla de uno de sus policías está sobre su espalda. Desde distintos ángulos también se observan los codos y antebrazos de los oficiales ejerciendo presión entre la parte superior de la espalada de Mario, en ocasiones muy cerca de la nuca.

En medio de la agonía de González, que claramente muestra dificultades para hablar y respirar, el oficial McKinley le pregunta en múltiples ocasiones cuál es su nombre, apellido y fecha de nacimiento. Mario balbucea respuestas sin mucho sentido.

“Parece que tomaste demasiado el día de hoy, eso es todo”, dice McKinley sin quitar la presión de su cuerpo.

Casi a los cinco minutos de mantenerlo en esa posición, uno de los uniformados pregunta: “¿Crees que debamos ponerlo de lado?”. “No, no quiero perder lo que tengo”, responde otro oficial en referencia a la maniobra que estaba aplicando.

Después de ese momento, Mario perdió el conocimiento y el pulso.

“No lo dejaban respirar”

El video de la muerte de Mario González ha generado comparaciones con casos como el homicidio de George Floyd por parte del exoficial de Minneapolis Derek Chauvin, no solo por la recurrente maniobra policíaca de presionar con la rodilla el cuerpo de un detenido contra el suelo, sino también porque la Policía inicialmente reportó la muerte como un “incidente médico”.

“Es un caso como lo que pasó con George Floyd o con Nate Greer aquí en Hayward, es un caso de asfixia que se lleva a cabo por la presión que le ponen en la espalda a una persona cuando está sobre su estómago”, explicó a Noticias Univision 14 el abogado Fulvio Cajina.

El litigante agrega que la coyuntura de este caso puede servir para reforzar la exigencia de que los oficiales reciban mejor entrenamiento para evitar este tipo de muertes, e incluso reconsiderar su participación en llamados que involucren a personas con problemas mentales.

“Si hay una persona que tiene un problema médico, que tiene un problema psicológico, que a lo mejor está drogado o tiene problemas de sobrepeso, no lo expongamos a una situación donde va a ser mas difícil para ellos poder respirar”, señala.

Durante la rueda de prensa de este martes, Edith Arenales, la madre de Mario, acusó a los uniformados de asesinar a su hijo.

“Mi hijo se había ahogado porque ellos no lo dejaban respirar. Ellos lo mataron. Ellos lo asfixiaron. Si alguien quiere decir algo diferente lo puede decir, pero los videos hablan. Ellos mataron a mi hijo. Mi hijo no puso ninguna resistencia”, denunció.

Para George Galvis, de la organización Comunidades Unidas para una Justicia Juvenil Restaurativa (CURYJ, por sus siglas en inglés), la falsa narrativa que la Policía usó para “dibujar” a Mario como sospechoso de robo es una práctica que se repite en casos que involucran a minorías.

“Hemos visto casos como este una y otra vez. La Policía sale con una narrativa falsa hasta que los videos se hacen públicos y entonces conocemos la verdad. Así lo hicieron con el niño de 13 años Adam Toledo y así lo habrían hecho con George Floyd si no hubiera existido una grabación de la comunidad”, dijo.

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