SAN FRANCISCO, California. – Mientras el mundo entero se encuentra a la espera de una vacuna con la que finalmente se pueda controlar la pandemia de coronavirus, científicos de la Universidad de California en San Francisco han desarrollado un rociador nasal que puede frenar la propagación del SARS-CoV-2, el virus que causa la enfermedad.
Científicos en San Francisco aseguran que crearon un inhalador que protege contra el coronavirus
Los investigadores describen a la nueva molécula como "un parche" que funciona como uno de los antivirales más potentes contra el coronavirus que se hayan descubierto hasta el momento. El grupo se encuentra en conversaciones con socios comerciales para producirlo de forma masiva.
El equipo de investigadores diseñó una molécula sintética, lista para producción masiva, que hace el trabajo de una “camisa de fuerza” para la maquinaria que le permite al virus infectar las células humanas, un avance que califican como “uno de los antivirales más potentes contra el coronavirus que se hayan descubierto hasta el momento”.
Por el momento los científicos han realizado pruebas con la molécula en forma de un aerosol -llamado “AeroNabs”- que puede ser administrada a través de un inhalador o un rociador nasal.
“Si se usa una vez al día, AeroNabs puede proveer una poderosa y confiable protección contra el coronavirus hasta que una vacuna esté disponible”, señala el documentado publicado por los expertos de UCSF.
Liderados por Michael Schoof, investigador del Departamenteo de Bioquímica y Biofísica de la universidad, el equipo que desarrolló la fórmula se encuentra en conversaciones con socios comerciales para amplificar la producción y las pruebas clínicas de AeroNabs, que bien podría ser una de las opciones más innovadoras y accesibles para combatir la pandemia.
“Siendo mucho más efectivo que los equipos de protección personal (como cubrebocas, guantes y escudos faciales), vemos a AeroNabs como una forma de protección personal molecular que puede servir como un ‘parche’ importante hasta que una vacuna nos brinde una solución más permanente al covid-19”, dijo Peter Walter, coinventor de la fórmula.
Además de su bajo costo de producción y la posibilidad de que se venda en las farmacias sin necesidad de receta médica, los investigadores creen que su aerosol nasal puede representar “una línea de defensa más permanente” para las personas que no puedan tener acceso a una eventual vacuna o que no respondan a sus efectos.
“Hemos integrado un increíble y talentoso grupo de bioquímicos, biólogos celulares y virólogos para trabajar en este proyecto de principio a fin en cuestión de meses”, dijo Schoof, el inventor de AeroNabs.
Dudas sobre la primera vacuna
Rusia es el primer país del mundo que asegura haber desarrollado una vacuna eficaz contra el coronavirus, sin embargo, esta no figuraba entre las seis que según señaló la OMS la semana pasada estaban más avanzadas. El organismo citó entre esas seis a tres candidatas desarrolladas por laboratorios chinos; dos estadounidenses (de las farmacéuticas Pfizer y Moderna) y la británica desarrollada por AstraZeneca en colaboración con la Universidad de Oxford.
Rusia no ha publicado ningún estudio o dato científico sobre las pruebas que realizó y tampoco se conocen detalles sobre las fases del proceso que generalmente debe cumplir antes de aprobar y lanzarse al mercado una vacuna. La vacuna rusa no solo serviría para aliviar la crisis de salud mundial, también se convertiría en un símbolo de orgullo nacional.
"Toda vacuna y todo medicamento para este fin debe estar sometido a todas las pruebas y ensayos antes de ser homologado para su difusión" , dijo hace unos días el portavoz de la OMS, Christian Lindmeier, cuando Rusia anunció que tres empresas biomédicas estarían en condiciones de producir desde septiembre y de manera industrial la vacuna desarrollada por Gamaleya.
"Hay directrices muy claras, reglamentaciones para hacer avanzar las cosas de manera segura y eficaz", insistió. "Los investigadores aseguran haber encontrado algo, lo cual es por supuesto una buena noticia. Pero entre encontrar algo y tener la posibilidad de tener una vacuna que funcione y haber atravesado todas las etapas hay una gran diferencia", advirtió.
El ministro de Salud de ese país, Mikhail Murashko, dijo a primeros de agosto que el plan era comenzar a vacunar a los maestros y personal sanitario, y ofrecer la vacuna de manera gratuita.
La investigación de vacunas suele requerir al menos tres fases de varios meses de duración (en los que se inoculan a comunidades cada vez más grandes en busca de posibles efectos secundarios), en un proceso que suele durar años.
La OMS vaticinó que se tardaría al menos año y medio en hallar una vacuna contra el covid-19, aunque los rápidos avances en laboratorios de países como Estados Unidos, China o Reino Unido, además de Rusia, han alimentado la esperanza de que ese tiempo se acelere ante una pandemia que está lejos de remitir.
Aunque Rusia no es el primer país en probar varias vacunas o en asegurar que ya cuenta con una con resultados prometedores, sí fue el primero que anuncia que se lanzará a vacunar de forma masiva a la población.
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