En el proceso de enamoramiento no existen defectos, puesto que sólo se resaltan las virtudes de la otra persona pareciendo que es absolutamente perfecto, pero ¿realmente no tiene defectos? ¿Realmente es un ser tan maravilloso?
¿Él ya no es tu príncipe azul?

Pero de pronto te levantas y te empiezas a dar cuenta que ese príncipe azul al que tanto admiras empieza a caerse poco a poco de su pedestal, convirtiéndose ante tus ojos en una rana. Y es que, querida amiga, siento defraudarte pero todos tenemos virtudes sí, pero también defectos. ¿Qué puedes hacer si empiezas a darte cuenta que ya no es quien creías que era?
Analiza tu interior
¿Realmente te habías enamorado de él o de quién tu querías que fuera? Primero debes analizar esta cuestión y hacer una autocrítica constructiva para que no vuelvas a enamorarte rápidamente de quien no debes sólo por generarte unas expectativas irreales y desmedidas.
No puedes aspirar a que una persona sea perfecta, ni exigirle cosas que ni siquiera tú estás dispuesta a ofrecer, debes comprender que todo ser humano presenta cambios de humor, tiene defectos y no es oro todo lo que reluce.
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Di adiós a tu príncipe azul
Para poder tener una relación sana de pareja debes olvidarte de los cuentos de hadas y de los príncipes azules, porque sencillamente no existen.
El amor real es muy diferente al imaginado pero es mejor y mucho más intenso. El amor real es aquel que se da entre dos personales reales e imperfectas, que se conocen y saben aceptar sus virtudes y sus defectos. El amor real no entiende de perfección pero sí entiende de complementación.
No existen ni príncipes ni princesas como en los cuentos infantiles, así que deja de obsesionarte porque tu pareja sea perfecta porque jamás encontrarás a alguien que pueda cumplir todos tus requisitos.

Mira la realidad
Que una persona no sea perfecta no significa que te tengas que conformar con aspectos y actitudes negativas de una persona que no te gustan o que tengas que justificar comportamientos injustificados.
Una cosa es buscar la perfección irreal y otra cosa es ser exigente, ésta segunda es la adecuada y la sana para las relaciones. Ser exigente en una relación de pareja no es negativo, todo lo contrario, te ayudará a tener las cosas mucho más claras.
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¿Segunda oportunidad?
Es posible que tu pareja te haya decepcionado porque tenías una visión distorsionada de la realidad o por algún motivo en concreto, pero lo que está claro es que deberás conocerle un poco más y entonces valorar si quieres o no darle otra oportunidad para que vuestra relación funcione.
Piénsalo bien, pero siempre con vistas a la realidad.








