Estados Unidos es un país que aun tiene mucho por hacer en el terreno de la tolerancia. Según una encuesta nacional realizada este año, al menos la mitad de los hispanos reporta haber experimentado algún tipo de discriminación y uno de cada cinco dice que su origen le ha dificultado progresar.
Racismo contra los hispanos: ¿Qué les decimos a nuestros hijos?
Lamentablemente nuestros hijos pueden llegar a convertirse en víctimas de algún episodio racista por el simple hecho de tener un origen latino y por eso hay que hablar del tema con ellos y 'prepararlos'.

La discriminación se esconde en todos los rincones sociales y lamentablemente nuestros hijos pueden llegar a convertirse en víctimas de algún episodio racista por el simple hecho de tener un origen latino. Por si fuera poco tenemos un candidato a presidente que pretende construir un muro, que estereotipa a los hispanos como delincuentes y con este discurso político repleto de retórica xenófoba no hace más que naturalizar, avalar, justificar y propagar un odio desmedido antimigratorio.
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¿Cómo hablarles a nuestros hijos? ¿Cómo prepararlos para la discriminación? Escribo esto y me parece absurdo que tengamos que “prepararlos para la discriminación”.
Estamos en el año 2016 y es incoherente que la humanidad aún no haya aprendido (después de atentados, guerras, Holocausto, Apartheid, etc.) que las diferencias entre humanos no son tales y que en realidad deberíamos de saber reconocernos en el otro sin importar raza, cultura, nacionalidad, nivel económico o preferencia sexual pero ¡en fin! Aquí estamos frente a este lamentable escenario en el que definitivamente tenemos que educar a nuestros hijos para que sean seres de bien y tengan la fortaleza para actuar con dignidad en situaciones xenófobas. ¿Qué les decimos?
“Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento”
Recuerda siempre esta cita de Eleanor Roosevelt, quien fuera Primera Dama de Estados Unidos y una gran luchadora por los Derechos Humanos. No dejarse influenciar negativamente por cualquier acto discriminatorio, no permitir que un otro te haga sentir menos, es la mejor reacción.
¿Sabes cuál es la mejor manera de proteger a tus hijos de sentirse agraviados por los otros? Pues conectándose con sus raíces, haciéndolos sabedores de su procedencia, de sus orígenes, de su cultura. Si se sienten orgullosos de ser quiénes son y de donde vienen, no importa lo que digan los demás, estarán siempre con la frente en alto.
Por supuesto que siempre dolerá cuando la mirada del otro negativiza pero importará más la mirada de uno mismo, el orgullo de ser latinos. Cuéntales a tus hijos desde pequeños la historia de la familia, su árbol genealógico, que sepan los motivos por los que se dejó el país de origen y los sacrificios que se hicieron. Permitirles que vean que sus padres y familia disfrutan de ser quienes son, aman su idioma y sus costumbres. Hazlo partícipe e integrante de la hispanidad hablándoles en español, cantando canciones, cocinando y participando de reuniones familiares y de eventos culturales. No perder el vínculo con su cultura latina les dará protección.
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¿Por qué a la gente no le gustan los latinos?
Explícales a tus hijos que las personas suelen juzgar y estereotipar a todo un grupo por desconocimiento. Muchos le temen a quien es distinto (ya sea porque hable otro idioma, luzca distinto o se comporte de un modo que en otra cultura es “raro”). A ese temor muchos lo manifiestan maltratando o segregando. Diles que si en algún momento se cruzan con personas así, no deben sentirse mal o heridos, simplemente son personas intolerantes que aun deben aprender a respetar a los demás.
Que el racismo no sea un tema tabú en tu familia. El problema existe y la mejor manera de comenzar a combatirlo es reconociendo su existencia y hablar sobre él en casa para estar preparados. No permitas que tu hijo pierda su autoestima o se avergüence de su origen: pertenecer a dos culturas es enriquecedor aunque otros no tengan la inteligencia para entenderlo (o no lo quieran hacer).
Desarticular los prejuicios que nos dividen como sociedad y construyamos -con la educación de nuestros hijos- una sociedad que valora la diversidad y respeta las diferencias. “Libertad e igualdad” son dos principios básicos proclamados en la Declaración de la Independencia de Estados Unidos: le pese a quien a le pese, todos formamos parte de este hermoso país.











