Ximena Torres ya es conocida en el ambiente uruguayo y su pasión por la cocina es indiscutida. Conversamos con ella en La Dulcería, la tienda de dulces que creó en 2012 y que se ha convertido en un símbolo de su cocina.
Multifacética y creativa, ama la cocina desde que tiene memoria. No solo se ha profesionalizado en gastronomía en varios países sino que además estudió comunicación, sommelier y hasta bellas artes.
Empresaria y chef, Xime Torres (como todos la conocemos) ha publicado libros de cocina y hasta tuvo su propio programa de televisión La Receta Perfecta en canal 12. Siempre está con nuevos proyectos que comparten algo en común: su pasión por la cocina.
¡Conocé un poco más de esta chef uruguaya de la mano de iMujer!

¿En qué momento decidiste armar tus propios emprendimientos?
Soy emprendedora desde que tengo recuerdo, siempre quise ser cocinera y el emprender nunca fue como una decisión sino algo que se dio naturalmente.
Tuve mi primer emprendimiento cuando tenía 8 años, se llamaba Delicias Caseras y tenía 6 productos. Dentro de ellos, la torta piedra, una torta que hasta el día de hoy es la que más se vende en La Dulcería.
Hacía mis propios folletos y los pasaba por debajo de las puertas de los vecinos. Desde chiquita cocino como forma de vida y por eso emprender también se dio con naturalidad.
¿Qué es lo que más disfrutás de tu carrera?
Yo disfruto de la cocina, disfruto del diseño de productos, meterme en la cocina y crear. Es lo que más disfruto porque también es lo que uno más fácilmente posterga cuando está también administrando una empresa.
Naturalmente el tiempo te va llevando a quedarte en la oficina, en frente a la computadora, recibiendo llamados, respondiendo mails, entonces medio como que me obligo a que tal día de la semana no atiendo mails y me pongo a cocinar.
De todas maneras en casa cocino siempre. Por ejemplo, ayer la cena fue un producto que se está por lanzar acá en La Dulcería y que no había tenido tiempo de hacerlo en la empresa. Y ya aprovecho y junto amigos o familia para que lo prueben.
¿Te sentís cómoda siendo una figura pública?
Sí porque es en Uruguay, siendo en Uruguay es como bastante accesible y fácil vivir habiendo estado en la televisión o trabajando en medios.
Yo lo recibo muy bien, los que vienen acá a La Dulcería saben que eventualmente yo voy a estar y eso le da un valor, cuando vienen es como si vinieran al living de mi casa.
La decoración de La Dulcería incluso está bastante armada como living. Y lo tomo naturalmente porque como yo soy de agasajar mucho en casa y me encanta recibir, acá es como que tengo un público más amplio para agasajar.
¿Cómo fue trabajar en televisión?
Bien, fueron 4 o 5 años súper intensos en los cuales aprendí mucho y experimenté mucho. Era un programa diario y al mediodía así que tenía varios desafíos. Son otros tiempos los de la televisión y lo que hacés no es editable.
Creo que eso me permitió volverme súper versátil pero también más dócil, en el sentido de valorar que si algo no queda exactamente como yo quería pero queda natural, la gente igual lo va a apreciar.
En la televisión la exigencia pasa por otro lado, por comunicar bien y no tanto porque el producto sea de restaurante.
Has hecho muchas cosas, desde la televisión hasta libros y proyectos. ¿Qué experiencia te alegraste más de haber vivido?
La tele me encantó al igual que mi primer libro que fue Recetas para contar. Ya hacía un año que estaba en la tele y había soñado con ello y la tele me permitió tener la chance de hacerlo.
Hacer un libro con Manu (Manuela Da silveira) también fue una linda experiencia.
Estás con un proyecto llamado viajes foodie, ¿de qué se trata?
Sí, el primer viaje lo hice a Nueva York con otras mujeres viajeras. Yo soy muy viajera desde chica, mi padre es chileno y mi madre española así que siempre acostumbramos a viajar.
En mis primeros trabajos también juntaba plata para viajar y la razón por la que quería viajar era porque quería comer nuevas cosas. No era como ahora que en el delivery podés encontrar distintos estilos de comida.
Mi forma de invertir y educar mi paladar era viajando y además también estudié e hice varias pasantías afuera, sobre todo en Nueva York.
Estos viajes son parte de una tendencia que está en el mundo que consiste en viajar con una ruta gastronómica definida, en este caso por mí.
Empezamos en Nueva York porque es una ciudad que me encanta y una de las ciudades donde mejor se come. La idea es conocerla desde el paladar, sin ir a los típicos lugares turísticos sino apuntar más a lo local. Eso fue este año y seguramente el año que viene volvamos a ir a Nueva York y estamos viendo otros destinos.
Se trata de que las viajeras conozcan un lugar desde la gastronomía, y cada parada está planificada por mí, desde el mejor sándwich de pastrami del mundo, hasta tomarte el mejor café.
Le das clase a los más pequeños, ¿cómo es esa experiencia?
Sí, de hecho mañana tenemos la clase de fin de año de los Pequeños Cocineros. Y empezamos un concurso que es el Pequeño Gran Cocinero que es como un reality que hacemos para nosotros con duplas de niños que se juntan para cocinar. Mañana por ejemplo vamos a ver quién hace la mejor galleta.
La verdad que lo disfruto mucho, es una fiesta y es también un lugar en el que uno puede comunicar pero también dejarle al niño algo, como la responsabilidad y la independencia que te da la cocina.
El niño está tan virgen tanto en conocimientos como en paladar que si desde chico le enseñan que lo que está bueno es el brocoli, lo va a comer.
Creo que el menú infantil (por ejemplo nuggets con papas fritas) es como subestimar el paladar del niño.
El curso Pequeños Cocineros tiene la función de romper con la convención social de que el niño no come verdes y que tiene que comer fritos.
Hace poco el boom de la gastronomía fueron los macarons. ¿Ahora qué se viene?
El macaron en realidad hace mucho que está. Me acuerdo que hice una pasantía hace dos años y medio en lo de Payard, un chef francés que vive en Nueva York, y ya estaban.
Son un poco el boom que no se fue, porque hay tendencias más chiquitas que sí son del momento como por ejemplo las whoopie pies, pero el macaron quedó y va a quedar al igual que el cupcake.
Ahora está de moda el brunch y creo que es una moda que también se va a quedar. Nosotros hace tiempo ya que tenemos la propuesta de brunch y en Uruguay ya está más establecido.
Llena de ideas, ganas y proyectos, Ximena Torres habla con pasión de la cocina y la disfruta. No dudó en mandar un saludo a todas las fans de iMujer y alentarlas a comer casero.
También la sometimos a nuestro Ping Pong de iMujer, ¡no te pierdas sus respuestas!
Te cuento lo que hice ayer que solo tenía cinco minutos. Tenía unos mejillones congelados (ya pelados), dos dientes de ajo, un tomate que ya no estaba para ensalada y tengo una plantita de cilantro. Además estaba tomando vino rosado y aproveché el vino para cocinar.
Plancha, ajo dorado en aceite, el tomate cortado en cubos que empieza a desprender su juguito, los mejillones, un buen chorro de vino rosado que se cocine para que se evapore el alcohol y cilantro.
Lo podes servir solo o con arroz blanco pero fueron cinco minutos con el tarrito de mejillones que me salió 57 pesos y eramos cuatro.
Unos macarrones caseros con queso. Pero caseros, no los de caja.
La salsa de hongos. Hongos secos, no en lata. ¡Esa nunca falla!
Un buen volcán de chocolate, lo podés preparar en tu casa, te lleva 13 minutos habiendo hecho la mezcla antes (que solo te lleva 2 minutos) y nadie se lo olvida.
A Fabián, mi marido, lo conquisté con unas manchas a la parmesana. Las manchas son una almeja de mar.
Se hace con cebollitas sofritas, manchas (que si no encontrás podés sustituir por camarones), que se cocinen vuelta y vuelta, un poquito de crema de leche. Condimentás con pimentón o algún ají, cocinás 3 o 4 minutos más y lo colocás en un recipiente con parmesano y a gratinar.
¡Queda espectacular!
Quinoa. Mucha quinoa. Ya sea el kinoto que es el risotto hecho de quinoa o una ensalada fría de quinoa.
Hace ya dos años que estoy enamorada de Perú pero también España. En España el pulpo es un gran plato al igual que las croquetas y las gambas al ajillo. Y en Perú los tiraditos y el ceviche. Si tengo que pensar ahora a dónde me transportaría para comer sería a Perú.
Un disco de Los Beatles, seguro.
El vino
Granearlo, es cuando lo dorás con aceite un poquito antes. Y usar un urumati, un arroz uruguayo súper rico y aromático.
Además de ser una genia en la cocina, Xime Torres es una gran visionaria y tiene mucha iniciativa así que seguiremos teniendo novedades de su carrera y sus proyectos.
Cuando visitamos La Dulcería nos convidó con su famosa torta piedra ¡que es realmente deliciosa!
¡No dudes en ir a probar las delicias de La Dulcería de Xime Torres en Jaime Zudañez 2855!