Los combustibles fósiles – petróleo, carbón y gas natural, los más importantes– son responsables por la mayor cantidad de emisiones que contaminan el medio ambiente, siendo la principal causa del efecto invernadero, entonces ¿por qué aún los utilizamos? La respuesta es sencilla: porque o no tienen sustitutos o estos son más costosos.
Más de mil millones de vehículos

Por las calles, carreteras y autopistas del mundo circulan más de mil millones de autos, que operan casi todos con gasolina o con diésel, ambos productos derivados del petróleo. El auto eléctrico todavía está lejano, al menos para fines prácticos. Una alternativa menos contaminante es el etanol, que es un alcohol fabricado a partir de productos vegetales, principalmente maíz y caña de azúcar. El uso de etanol en los coches reduce en más de un 80% las emisiones dañinas. Pero en muchos países no está disponible y no puedes usarlo aunque quisieras. Además, por ahora, el etanol tiene dos serios problemas.
La eficiencia energética de su producción es baja, es decir, se requiere gastar mucha energía para producir un galón de etanol; en contraste, producir un galón de gasolina necesita mucho menos energía. El otro problema del etanol es que disputa tierras cultivables a la producción de alimentos. Si un país destinara una gran parte de sus tierras de cultivo a la producción vegetal para fabricar etanol, reduciría la contaminación pero aumentarían los precios de los alimentos.
Un buen paso en favor del ambiente se dio con la progresiva eliminación de la gasolina con plomo, la cual ya no se usa. Como quizá recuerdes, por muchos años la gasolina fue mezclada con tetraetilo de plomo para aumentar el octanaje. Ese plomo pasaba después a la atmósfera a través del tubo de escape, envenenando el ambiente. Otros usuarios masivos de los derivados del petróleo son los plásticos y los neumáticos.
Lo que podemos hacer
¿Debemos cruzarnos de brazos en espera de que llegue un coche más amigable con el ambiente? ¡De ninguna manera! Hay muchas cosas que se pueden hacer. Caminar, ir en bicicleta, utilizar el transporte público e ir en el coche con otros amigos, son 4 opciones que siempre hay que considerar antes de sacar el auto propio de la cochera. Si no queda más remedio y hay que sacar el auto, que esté en perfecto estado de funcionamiento. Un auto en mal estado consume más combustible y contamina más.
Otra medida en beneficio del entorno muy fácil de tomar es reducir el uso de bolsas plásticas. La mejor opción no es usar bolsas de papel. También la industria del papel es muy contaminante. Lo mejor es llevar a la compra bolsas de un material resistente, que duran mucho tiempo.
Antes del petróleo fue el carbón
El primer combustible fósil de uso masivo fue el carbón. Por varias décadas, las locomotoras y las embarcaciones fueron impulsadas por el carbón. Entre los muertos con el hundimiento del Titanic, estuvieron los infortunados obreros que trabajaban en las «tripas del Titanic» nombre dado a las cubiertas más inferiores, donde estaban las máquinas y las calderas que generaban el vapor que movía las turbinas para hacer girar las enormes hélices del trasatlántico. Quizá recuerdes a estos obreros en la célebre película de James Cameron, arrojando carbón debajo de las calderas y luego tratando inútilmente de escapar.
El carbón es el segundo combustible más usado mundialmente, después del petróleo. La principal razón es que es muy económico para la producción de energía eléctrica. Muchas plantas termoeléctricas utilizan carbón para producir el vapor que hace mover las turbinas de generación de la energía. Otras alternativas menos contaminantes son la energía hidroeléctrica y la eólica. Pero la producción de hidroelectricidad a costos razonables solo es posible en países con ríos con suficiente caudal durante todo el año. Además, los proyectos requieren de una elevada inversión inicial. La generación de energía eólica todavía es costosa y se necesitan buenos vientos.
El gas natural
El tercer gran combustible fósil es el gas natural y es el menos contaminante (proporcionalmente, el primer lugar en el podio de la contaminación es para el carbón y el segundo para el petróleo). En muchos lugares es la opción más económica para cocinar y para calentar la casa en invierno.
Su uso como combustible de vehículos, que se ha incrementado, sustituyendo a la gasolina, es positivo, tanto para el medio ambiente, como para el bolsillo, porque es más barato. Pero el coche requiere un convertidor (si no lo trajo de fábrica) y la bombona de gas ocupa buena parte de la cajuela, por lo que no es muy atractivo para coches pequeños. También, una buena porción de la energía eléctrica generada en el mundo, es en centrales que trabajan con gas natural.
En fin, que por muchos años tendremos que seguir utilizando combustibles fósiles, campeones de la contaminación del planeta. Pero podemos ayudar con un comportamiento personal lo más ecológico posible e incorporándonos o colaborando con las organizaciones que luchan por la preservación del medio ambiente y por la promoción de energías más limpias.
Si no lo sabías, esperamos haberte ayudado a comprender porque aún utilizamos combustibles fósiles.