Ciencia y Tecnología

La mordedura de Luis Suárez a Chiellini: ¿existe una explicación para esta conducta?

25 Jun 2014 – 04:49 PM EDT

Luis Suárez mordió a Giorgio Chiellini durante el partido Italia-Uruguay, por el Mundial de Fútbol. Tras el incidente, parece mucho más sencillo calificar a Luis Suárez con varios epítetos, tales como caníbal o Hannibal Lecter, que buscar una respuesta a este comportamiento. ¿ Por qué un adulto muerde a otra persona? ¿Es un comportamiento premeditado, o subyace algún problema psicológico? Vamos a ver qué dicen los expertos.

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Suárez lo hizo de nuevo

Morder a otras personas es bastante normal en niños. Pero son extraños y poco frecuentes los episodios de adultos que muerden a otras personas. En el caso de los niños, hay varias razones que explican esta conducta. La frustración es una de ellas: morder es un intento de autoafirmación del niño, que recurre a este comportamiento porque no puede expresar sus sentimientos mediante las palabras.

En 2013, tras morder aI jugador serbio Branislav Ivanović, del Chelsea, Luis Suárez fue duramente fustigado. No era la primera vez que ocurría, ya que mientras jugaba por el Ajax, en la liga de Holanda, Suárez mordió al holandés Otman Bakkal, del PSV.

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En aquel entonces, al analizar el caso de Suárez-Ivanovic, el psicólogo Thomas Fawcett, de la Universidad de Salford, admitió que la reacción de Suárez no podía ser tildada de premeditada, sino que se trató de algo espontáneo, una respuesta emocional impulsiva a un sentimiento de frustración: en aquel partido Suárez había fallado un penal y los encontronazos con Ivanovic fueron constantes. Y bien, la presión llegó a su límite.

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¿Por qué Suárez mordió a Chiellini?

Eva Kimonis, de la Escuela de Psicología de la Universidad de Nueva Gales del Sur, agrega datos que ayudan a entender esta conducta atípica. Según Kimonis, las mordeduras pueden manifestarse como parte de una serie de comportamientos agresivos más amplia. Este tipo de conductas son propias de personas de carácter impulsivo e irascible.

Siguiendo una línea argumentativa similar, el psicólogo Adam Naylor señala que el mordiscón de Suárez a Chiellini es una señal de que el jugador uruguayo tiene problemas para controlar sus impulsos. Y como muchos han señalado que no es la primera vez que le pasa y que Suárez debería haber aprendido la lección, Naylor afirma que controlar los impulsos en situaciones estresantes es algo muy difícil, y que aun esta repuesta emocional de Suárez es resultado de esos mismos esfuerzos de autocontrol.

Lidiar con la presión sin la ayuda necesaria no es tarea sencilla. Y ciertamente, la presión ejercida sobre Suárez es demasiada: a las propias autoexigencias del deportista, siempre dispuesto a dar lo mejor, incluso frente a una operación que podría haberlo dejado fuera de la competición, debe sumarse la presión que el mundo entero ha puesto sobre él, bien esperando su próximo traspié o por el contrario exigiéndole muestras de su clase a cada momento. Mientras tanto, la prensa se refiere a él como un criminal o tasa a diario su valor comercial.

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Morder al rival: varios casos en el mundo del deporte

Sí, Luis Suárez no es el único deportista que ha ido más allá de los límites impuestos por las reglas del juego, mordiendo a su contrario. Muchos recordarán, con razón, el trozo de oreja que Tyson le quitó de un mordiscón a Evander Holyfield.

Parte de la prensa inglesa, especialmente aquella caracterizada por su poca seriedad, prejuicios y poder para estigmatizar al otro, es de quienes más leña han hecho del árbol caído, olvidando otros casos similares en el deporte británico, como la mordida del futbolista Jermaine Defoe al argentino Javier Mascherano, en 2006, tiempos en que el canibalismo estaba bien visto dentro de un campo de juego.

¿Más casos? Dylan Hartley, jugador de rugby de la selección de Inglaterra, mordió a Stephen Ferris, de la selección irlandesa, durante un partido de Seis naciones, en 2012, con una sanción de apenas 8 semanas. 

¿Existe una "cura" para el problema de Suárez?

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Bien, la opinión de los expertos en psicología admite que es posible ayudar al jugador a encontrar una respuesta emocional acorde al estrés y la presión de las competencias. Para ello, el propio Luis Suárez tendría que admitir que tiene un problema y trabajar en su solución de forma consciente.

Tenemos claro que la conducta de Suárez en este caso puede ser tildada de antideportiva. Ahora, mientras el mundo entero sigue haciendo chistes sobre la mordida de Suárez a Chiellini y los cipayos de la moral lo atacan sin fundamentos teóricos, desde aquí deseamos que Stephen Hawking, visiblemente frustrado ante el fracaso inglés, no ejerza ningún tipo de presión sobre la FIFA.  

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