El tiroteo ocurrió en una calle principal de la ciudad de Leland, cuando mucha gente se encontraba en la ciudad del noroeste del estado para un partido de bienvenida de la escuela secundaria.

En una publicación en redes sociales el director del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) Kash Patel dijo que el tiroteo está siendo investigado como "un acto de terrorismo interno y crimen de odio contra los católicos".

Los futbolistas hispanos viajaron desde Texas para competir y terminaron expuestos a comentarios discriminatorios. La asociación del torneo afirma que no recibió pruebas ni reportes formales sobre los insultos denunciados.

El tiroteo entre adolescentes en Orlando ocurrió tras una discusión; las víctimas no sufrieron heridas que pongan en riesgo sus vidas. En Florida mueren en promedio 214 menores al año por armas; los disparos son la segunda causa de muerte infantil en el estado.

El ataque comenzó tras una discusión entre el agresor y una empleada dentro de una tienda Circle K en Kissimmee. El agresor utilizó un machete para intimidar a dos hombres, pero terminó hiriendo a uno de ellos en el brazo.

El sospechoso fue arrestado al día siguiente y enfrenta cargos por asesinato premeditado en primer grado. En redes sociales, el público expresó tristeza, enojo y preocupación por el aumento de la violencia armada.