Netflix es, por mucho, la plataforma de entretenimiento más famosa e importante de los últimos años, y como toda historia de éxito ha tenido momentos de gloria y otros que no lo fueron tanto.

Hace algunos años fue una revolución de la industria televisiva que House of Cards, en ese entonces la única producción original de Netflix, recibiera nominaciones a los Premios Emmy.

En una palabra: con playlists. Plataformas como Spotify se han convertido en lo que antes caía en manos de la radio, y por un tiempo MTV (antes de que la M significara «música» y no de «madres adolescentes»).

2017: tenemos la tecnología para viajar al espacio, para desentrañar los misterios de nuestro código genético... pero si vives en Latinoamérica y quieres ver el hockey, no tienes de otra más que perseguir una transmisión de dudosa procedencia que se trabará a cada rato y, para rematar, en calidad patata.

Compartir nuestra vida en redes sociales es cada vez más común. No solo posteamos fotos y videos, sino que podemos transmitir en vivo qué está pasando a través de plataformas como Instagram, Facebook y Twitter.

Películas, series de TV, documentales, etc. Gracias a Internet podemos disfrutar los mejores videos, reproduciéndolos a través de aplicaciones multimedia de gran calidad y que incluso permiten añadirles subtítulos.