Sí, estamos todos desconsolados y aterrados, pero también ante una oportunidad única para pelear por lo que es nuestro como sociedad, como ciudadanos, con o sin papeles.
No importa si son de trompa, cachete, maciza o adobada, los tacos forman ya parte del discurso político en EEUU. Y a pocos días de la elección, estas delicias culinarias han sido lo más rescatable de todo este circo electoral.
De este lado de la frontera la percepción sobre los inmigrantes en general, y de los mexicanos en particular, cambia según la ocasión y las conveniencias. Podemos ser lo peor de lo peor: violadores, narcotraficantes, criminales y güevones (flojos) aprovechados del sistema pero a veces también somos un ejemplo a seguir.
Que las víctimas hayan sido latinas o no, o que el atacante haya sido un musulmán que detesta a los gays debe ser el menor de nuestros problemas. A donde hay que poner la mira es en el acceso a las armas de alto poder.