El creador de Juego de Tronos y del maravilloso y oscuro universo de una de las series favoritas de todo el mundo, George R. R. Martin, no permanece ajeno al fenómeno televisivo del que todos están hablando en estos días y así lo demostró una entrada reciente en su blog personal.

La televisión está llena de rostros de todos los colores, formas, edades y sexos. Atrás quedaron los estereotipos de belleza que solíamos ver en series como Friends, Sex and City o Baywatch. Ahora los personajes son más reales, sobre todo en propuestas muy originales como The Big Bang Theory, la exitosa comedia de Chuck Lorre, que tiene como protagonistas a cuatro nerds.

Porque no solo de historias de amor está hecha la televisión, nos encontramos constantemente con series en las que grandes traiciones cambian el curso de la historia y, muchas veces, grandes personajes salen malheridos como resultado.

Hace ya bastante que los bellos héroes que vienen a rescatar a sus damiselas, demostrar su hombría, impartir justicia y salvar al mundo, no son los personajes que más nos gustan.

La noción de que series como The Sopranos, The Wire, The Shield u otras más recientes como Game of Thrones, Breaking Bad y Mad Men han cambiado la televisión está muy extendida y ha sido repetida hasta el cansancio, pero eso no la hace menos cierta.

El estreno reciente de la temporada 4 de Game of Thrones fue el episodio más visto de la historia de la serie, quebrando su propio récord con un total de 6.6 millones de televidentes, un 52% más que los que sintonizaron HBO para ver el estreno de la temporada anterior (4.4 millones).