Con olor a desinfectante, sin abrazos, con distancia y sin lágrimas, así son las rigurosas medidas de protección para prevenir los contagios en los funerales en tiempos de coronavirus.

En una ceremonia a puertas cerradas en la base de Fort Hood, en Texas, fueron honrados los restos de la soldado Vanessa Guillén, asesinada en esa instalación el pasado 22 de abril. Lea aquí nuestra cobertura de la ceremonia privada con honores militares para la soldado Vanessa Guillén

Es el caso de la Funeraria La Paz, donde han tenido que acondicionar un espacio exclusivo para almacenar los cuerpos bajo rigurosos protocolos de bioseguridad. Propietarios de este tipo de negocios aseguran estar preparándose constantemente ante la advertencia de las autoridades sobre un posible repunte en el número de muertes relacionadas con covid-19.

Estos negocios han tenido que adecuarse para poder brindar los servicios funerarios cumpliendo con las normas para evitar más contagios. Además, la cantidad de cadáveres ha hecho necesario ajustar los protocolos, incluso una funeraria tuvo que construir un congelador para mantener los cuerpos refrigerados.

Ingresar con mascarilla a las funerarias, limitar el número de personas que van a los entierros, procurar mantener el distanciamiento social y evitar rodear el ataúd son algunos de los requisitos para dar el último adiós a familiares y amigos en medio de la pandemia.

"Es muy doloroso perder un ser querido y saber que no lo vamos a volver a ver", dijo María Catalina Simón, mientras recogía las cenizas de su esposo. En la ciudad de Puebla se realizó una ceremonia solemne con mariachis para darle el último adiós a 105 personas que fallecieron por covid-19 en Nueva York. Otras urnas serán entregadas a sus familiares en los próximos días. Más información aquí.