Al comienzo de una relación es natural sentirse nervioso y aprensivo. Pero con el tiempo y a medida que avanza, es importante aprender a estar cómodo para poder disfrutar de la relación. Para algunos, la comodidad llega naturalmente y sin esfuerzo. Mientras que a otros les resulta más difícil bajar la guardia sobre todo si los han herido anteriormente.

A veces las dudas sobre las relaciones o sobre los propios sentimientos avasallan la mente de las personas y no siempre se obtiene una respuesta fácil... ¿Te ha ocurrido o te ocurre? ¿No paras de darle vueltas a lo mismo sin conseguir resolver tus dudas?

El matrimonio requiere trabajo, esfuerzo y dedicación, además de amor, claro. Pero lo más importante es que sea una relación de iguales en la que ambos puedan confiar en el otro para cada situación que lo necesiten. Un matrimonio de iguales, es saludable, confiable y una relación ideal.

Cuando estamos felizmente enamoradas, de novias y con una relación que promete futuro, sabemos que tarde o temprano llegará el momento de que nuestros padres conozcan al “candidato”. Sin dudas, es un momento de muchos nervios, miedos y preguntas (¿Lo aceptarán? ¿Cómo se llevarán? ¿Él se sentirá cómodo?) pero un paso que sí o sí debemos dar para que la relación avance.

Cuando estamos en una relación que nos importa, siempre hay un temor a poder perderla. Por eso, seguimos los consejos de los demás. Al mismo tiempo nos preocupa que si nuestra anterior relación no funcionó, esta tampoco tenga futuro. Y ambas cosas están mal.

El matrimonio no es algo sencillo, requiere de esfuerzo y dedicación. Si sientes que con el paso del tiempo la relación con tu pareja no es la misma, y quieres recuperar tu matrimonio, debes ponerte en su lugar, tratar de cambiar algunas cosas que quizás hagas sin darte cuenta y prestar atención a las quejas más comunes de los esposos infelices para saber si es tu caso.