Hilda López Morales llegó a Estados Unidos cuando era niña desde el estado mexicano Tamaulipas. La estilista convirtió sus debilidades en fortalezas y ahora es dueña de un reconocido salón de belleza en Oak Cliff, donde emplea a ocho personas hispanas.

Las novelas y los foros de televisión quedaron atrás para este actor que emprendió un viaje a Dallas para buscar una vida más estable para él y su familia. Ahora es el propietario de un restaurante de cocina mexicano que sirve cada plato con un toque casero.

Marco Antonio Rodríguez llegó a EEUU hace cerca de 15 años y hoy en día emplea a 13 personas en su panadería. Es originario de Monterrey, estado de Nuevo León, y creó su negocio gracias a los ahorros de muchos años de trabajo de él y de su hermano.

Al llegar a EEUU, Sabas Flores tuvo que trabajar en un negocio de comidas rápidas, pero gracias a su tenacidad y compromiso con el estudio, hoy tiene funcionando su propia empresa de calzado.

Servelia Arévalo es de Guatemala y llegó a EEUU con "un corazón lleno de energía positiva". La mujer cuenta que empezó limpiando casas y trabajando muy duro, luego consiguió empleo en un hotel hasta que con sus ahorros decidió poner su propia empresa. Hoy en día tiene 32 empleados y espera seguir expandiendo su negocio. "No importa donde naces, lo que importa es lo que haces", asegura.

Hernández es originario de San Felipe, Guanajuato, y llegó a EEUU cruzando el río, "con miedo, pero con ganas de salir adelante". Este hombre tiene un negocio de venta y reparación de turbos para carros, el cual abrió en sociedad con un primo después de que se le cerraran muchas puertas.