Esther Vargas había perdido las pistas de su familia biológica por 78 años. Sin embargo, la insistencia de sus nietos para realizarse una prueba de ADN y un desayuno imprevisto, cambiaron su vida y la de su familia para siempre.

Tres perros estaban abadonados, mojados y con garrapatas en una zanja de desagüe en San Antonio durante el peligroso tiempo invernal que golpeó a la ciudad. Ahora están listos para encontrar su hogar.

Tras el hallazgo, el personal del aeropuerto llamó de inmediato a las autoridades para informar sobre lo sucedido y echar andar la rápida búsqueda de los padres, los cuales llegaron tarde para abordar el vuelo, por lo que tuvieron que regresar por el menor. No se inició investigación alguna.

“Afortunadamente, los encontramos antes de que fuera demasiado tarde”, dijeron los bomberos que encontraron a los perros.

La abuela del pequeño aseguró que su hija salió de casa el viernes con su nieto y se dedicó a tomar bebidas alcohólicas junto a su actual pareja durante todo el fin de semana. Tuvo que ser ella quien lo rescató de un establecimiento donde lo había dejado a cambio de comprar alcohol con un valor de unos 14 dólares.

Al contexto de precariedad que ya había en la familia se unió el abandono del padre de la niña cuando supo su diagnóstico médico, por lo que la situación se volvió crítica y la madre tuvo que sacar fuerza de cada fibra de su ser para atender la débil salud de su segunda hija.