Caca, pipí, sudor, gérmenes y otros "enemigos" en piscinas públicas y parques acuáticos que el cloro no mata

Nadar, especialmente en piscinas públicas y parques acuáticos, conlleva sus propios riesgos, desde pequeñas irritaciones cutáneas hasta infecciones gastrointestinales, pero la natación también tiene un sinfín de beneficios para la salud física, social y mental.

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Lisa Cuchara para The Conversation
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En los calurosos días de verano pocas cosas son más refrescantes que un chapuzón en la piscina, pero, ¿te has preguntado alguna vez si está tan limpia como parece esa agua azul cristalina?

Como inmunóloga y especialista en enfermedades infecciosas, estudio cómo se propagan los gérmenes en los espacios públicos y cómo prevenir su propagación.

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Incluso imparto un curso llamado "Las infecciones del ocio", en el que exploramos los riesgos ligados a las actividades recreativas y debatimos sobre las precauciones que deberíamos tomar, al mismo tiempo que procuramos no convertir a los alumnos en “germofóbicos”.

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La natación, especialmente en piscinas públicas y parques acuáticos, conlleva sus propios riesgos, desde pequeñas irritaciones cutáneas hasta infecciones gastrointestinales, pero también tiene un sinfín de beneficios para la salud física, social y mental.

Con algunos conocimientos y un poco de vigilancia, puedes disfrutar del agua sin preocuparte de lo que pueda estar acechando bajo la superficie.

La realidad de los gérmenes de las piscinas

En el verano, los titulares de las noticias y las publicaciones en las redes sociales a menudo ponen de relieve las enfermedades que se transmiten en los espacios comunes como las piscinas. Estas preocupaciones tienen cierto fundamento.

La buena noticia es que el cloro, ampliamente utilizado en las piscinas, es eficaz para eliminar muchos patógenos. La mala noticia es que el cloro no actúa al instante y no lo mata todo.

Cada verano, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC, por sus siglas en inglés) emiten alertas sobre brotes de enfermedades relacionadas con la natación causadas por la exposición a gérmenes en piscinas públicas y parques acuáticos.

Un informe de los CDC de 2023 rastreó más de 200 brotes asociados a las piscinas públicas en todo Estados Unidos que afectaron a más de 3,600 personas de 2015 a 2019.

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Estos brotes incluyeron infecciones de la piel, problemas respiratorios, infecciones del oído y malestar gastrointestinal.

Muchas de las consecuencias de estas infecciones son leves, pero algunas pueden ser graves.

¿

Qué tan bien funcionan los desinfectantes en las piscinas?

Incluso en una piscina tratada adecuadamente con cloro, algunos patógenos pueden permanecer durante minutos o días.

Uno de los culpables más comunes es el Cryptosporidium, un germen microscópico que causa diarrea. Este parásito unicelular tiene una cubierta exterior resistente que le permite sobrevivir en el agua tratada con cloro hasta 10 días.

El Cryptosporidium se propaga cuando la materia fecal, a menudo de alguien con diarrea, entra en el agua y es ingerida por otro nadador. Incluso una pequeña cantidad, invisible a los ojos, puede infectar a docenas de personas.

Otro germen común es la Pseudomonas aeruginosa, una bacteria que causa erupciones y otitis externa y que también se puede encontrar en los jacuzzis.

Mientras que el norovirus y el adenovirus también pueden permanecer en el agua de la piscina y provocar enfermedades.

Por si fuera poco los bañistas introducen en el agua una serie de residuos corporales, como sudor, orina, aceites y células de la piel.

Estas sustancias, especialmente el sudor y la orina, interactúan con el cloro formando subproductos químicos llamados cloraminas que pueden representar riesgos para la salud.

Estos subproductos son los responsables de ese fuerte olor a cloro. En realidad, una piscina limpia debería carecer de un fuerte olor a cloro, así como de cualquier otro olor, por supuesto.

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Es un mito común que un fuerte olor a cloro es una buena señal de una piscina limpia.

De hecho, puede ser una señal de alarma que indique lo contrario: que el agua está contaminada y que tal vez debería evitarse.

Recomendaciones para estar más tranquilo a la hora de estar en una piscina

La mayoría de los riesgos relacionados con las piscinas pueden reducirse con sencillas precauciones, tanto por parte del personal que limpia la piscina como de los bañistas.

Y aunque la mayoría de las enfermedades relacionadas con la piscina no te matarán, nadie quiere pasarse las vacaciones o una semana de hermosos días de verano en el baño.

Estos 10 consejos pueden ayudarte a evitar los gérmenes en la piscina:

- Dúchate antes de nadar. Enjuagarse durante al menos un minuto elimina la mayor parte de la suciedad y los aceites del cuerpo que reducen la eficacia del cloro.

- Evita la piscina si estás enfermo, sobre todo si tienes diarrea o una herida abierta. Los gérmenes pueden propagarse rápidamente en el agua.

- Intenta no meterte agua en la boca para minimizar el riesgo de ingerir gérmenes.

-Si fuiste diagnosticado con criptosporidiosis, a menudo denominada "cripto", espera dos semanas desde que cese la diarrea antes de volver a la piscina.

- Haz pausas frecuentes para ir al baño. Tanto para los niños como para los adultos, las pausas regulares para ir al baño ayudan a evitar accidentes en la piscina.

- Revisa los pañales de los niños cada hora y cámbialos lejos de la piscina para evitar la contaminación fecal.

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- Sécate bien los oídos después de nadar para prevenir la otitis externa.

- No nades con una herida abierta, o al menos asegúrate de que está completamente cubierta con un vendaje impermeable para protegerte a ti y a los demás.

- Dúchate después de nadar para eliminar los gérmenes de la piel.

*Lisa Cuchara es profesora de Ciencias Biomédicas en la Universidad de Quinnipiac.

Este artículo fue originalmente publicado en The Conversation. Si deseas leer la versión en inglés, puedes encontrarla en este enlace.

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