Las medidas contra las ciudades santuario ponen en riesgo la salud de los latinos, independientemente de su estatus migratorio

La administración de Trump intenta dejar sin fondos federales a jurisdicciones que no hagan cumplir las leyes de inmigración, lo que podría afectar planes que abarcan desde esfuerzos para combatir la epidemia de opioides, hasta campañas contra el zika.

No existe una definición rígida de ciudades santuario o una delineación federal clara sobre cuáles jurisdicciones serían objeto de la directiva del Departamento de Justicia.
No existe una definición rígida de ciudades santuario o una delineación federal clara sobre cuáles jurisdicciones serían objeto de la directiva del Departamento de Justicia.
Imagen Joe Raedle/Getty Images

La férrea postura del gobierno de Trump sobre inmigración tiene preocupados a funcionarios de los departamentos de salud locales ya que podría estimular recortes en la financiación federal y complicar una amplia variedad de programas que abarcan desde los esfuerzos para combatir la epidemia de opioides, hasta las iniciativas de violencia doméstica.

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El 21 de abril, el Departamento de Justicia (DOJ) envió cartas a nueve jurisdicciones, incluyendo al estado de California y ciudades como Chicago, Miami, Nueva Orleans, Filadelfia y Nueva York, donde las amenazaba con negarles el financiamiento de la agencia por su condición de ciudades santuario. Esta asistencia federal apoya ampliamente iniciativas de justicia, pero a menudo va mucho más allá de los departamentos de policía y las cortes, ya que financia programas de prevención de la violencia y otros esfuerzos para abordar los factores sociales que afectan a la salud.

La mayor inquietud es que otras agencias federales repitan el patrón del Departamento de Justicia.
La mayor inquietud es que otras agencias federales repitan el patrón del Departamento de Justicia.
Imagen Lynne Sladky/AP

"Estos dólares van a todo el mundo, son subvenciones que protegen a toda la población", aclara el doctor Georges Benjamin, director ejecutivo de la Asociación Americana de Salud Pública.

A los funcionarios locales de salud les preocupa que otras agencias federales puedan seguir el ejemplo del Departamento de Justicia en la aplicación estricta de una controversial orden ejecutiva firmada el 25 de enero por el presidente Donald Trump, que exige que las agencias federales tomen medidas para garantizar que las localidades cumplan con las leyes federales de inmigración y ayuden a deportar a las personas que están en el país ilegalmente.

Esa orden (que ha sido bloqueada temporalmente por un juez federal) podría poner en peligro una amplia franja de servicios vitales de salud comunitaria, no sólo para inmigrantes indocumentados, sino también para residentes legales y ciudadanos. Entre ellos, servicios sociales y programas comunitarios que utilizan a diario miles de latinos para recibir atención de salud.

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Retórica versus realidad

El término ciudades santuario describe las localidades/ciudades (pero también estados, condados y otras entidades comunitarias) con políticas conocidas como ordenanzas de separación, que separan las responsabilidades del gobierno local, de las que corresponden a las autoridades federales de inmigración.

A menudo, estas ordenanzas solicitan a los agentes de policía locales que no pregunten por el estatus migratorio de las víctimas, testigos o sospechosos, a menos de que sea algo directamente pertinente al caso. También eximen a la policía local de cumplir con las solicitudes de detención o notificación de la Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE). En algunos casos, las agencias locales o estatales declaran que no cumplirán con los requisitos para preguntar acerca del estatus migratorio cuando las personas soliciten beneficios.

Funcionarios de estas jurisdicciones alegan que ayudar a las autoridades federales a detener a alguien, especialmente si después se comprueba que esa persona tenía documentación válida, podría ser una violación del debido proceso. También dicen que si cumplen con la orden, podrían quedar en riesgo legal. En su criterio, el cumplimiento de algunas de las directivas federales es un desperdicio de recursos o podría hacer que los inmigrantes no reporten crímenes o ayuden en las investigaciones por miedo a la policía.

El Departamento de Justicia (DOJ) envió cartas a nueve jurisdicciones donde las amenazaba con negarles el financiamiento de la agencia por su condición de ciudades santuario.
El Departamento de Justicia (DOJ) envió cartas a nueve jurisdicciones donde las amenazaba con negarles el financiamiento de la agencia por su condición de ciudades santuario.
Imagen Spencer Platt/Getty Images

Sin embargo, no existe una definición rígida de ciudades santuario o una delineación federal clara sobre cuáles jurisdicciones serían objeto de la directiva del Departamento de Justicia.

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"Ha habido mucha retórica en torno a las ciudades santuario. Eso ha resultado en ciudades confundidas... preocupadas por si están perdiendo fondos", asegura Laura Vázquez, analista del Consejo Nacional de La Raza.

Y los funcionarios de salud ya están preocupadas. "En el pasado, el Departamento de Justicia había sido un excelente socio para muchos de nuestros esfuerzos", dice la doctora Leana Wen, comisionada de salud de Baltimore. "Si perdemos los fondos federales, esto tendría un impacto negativo".

Algunos de los programas en riesgo serían aquellos destinados a controlar la la epidemia de opioides. El Departmento de Justicia ha trabajado codo a codo con el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) para liderar la respuesta del gobierno federal y ha asignado millones de dólares a las agencias locales para actividades como el monitoreo de medicamentos recetados, ayudar a personas a acceder a modelos más efectivos de tratamiento y equipar a los policías con medicamentos contra las sobredosis. "Este es un gran problema. Y empeora si no tienes los recursos para abordarlo", acota Benjamin.

En Baltimore, el impacto probablemente se percibiría en el programa de la ciudad Safe Streets, una iniciativa del departamento de salud destinada a disminuir la violencia de las pandillas, con énfasis en la reducción de tiroteos. A lo largo de los años, el departamento federal ha invertido millones de dólares para que los funcionarios de salud pública trabajen con escuelas, iglesias, organizaciones comunitarias y otros grupos. Y, dependiendo de la jurisdicción, también podrían sufrir otras intervenciones de salud pública: programas de respuesta a la violencia doméstica, tribunales de drogas y de salud mental, entre otras.

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Tampoco queda claro cuáles ciudades podrían verse afectadas. Nueva Orleans, por ejemplo, no se auto-define como una ciudad santuario, pero recibió la carta del DOJ. La razón: allí los oficiales de policía no interrogan de manera rutinaria a testigos o víctimas sobre su estatus migratorio, explica Zach Butterworth, director de relaciones federales de la ciudad. Argumenta que las políticas de la ciudad son consistentes con la ley federal y han sido investigadas por autoridades legales.

Algunos municipios han adoptado estrategias en desacuerdo con la postura federal, como no preguntar a la gente acerca de su estatus migratorio y no hacer cumplir órdenes civiles del ICE.
Algunos municipios han adoptado estrategias en desacuerdo con la postura federal, como no preguntar a la gente acerca de su estatus migratorio y no hacer cumplir órdenes civiles del ICE.
Imagen Joe Raedle/Getty Images

Un recorte en los fondos federales sería un retroceso, asegura Marsha Broussard, quien dirige el departamento de salud de la ciudad. Para ella, irónicamente los programas de Nueva Orleans apoyados por el DOJ benefician principalmente a los residentes legales, ya que la urbe tiene una población indocumentada bastante pequeña.

Incertidumbre jurídica y amplio impacto

Aunque preocupa la idea de perder la ayuda del Departamento de Justicia, los jefes de los departamentos de salud dijeron que la mayor inquietud es que otras agencias federales repitan este patrón. Perder apoyo federal del HHS, el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano y otros entes podría poner en peligro actividades que van desde el tratamiento del VIH, los servicios de planificación familiar y la preparación para enfrentar al zika, hasta la vacunación de rutina y la detección de plomo en viviendas.

"Obviamente no sería bueno, y [perder esos fondos] bloquearía nuestros esfuerzos", afirma James Garrow, portavoz del departamento de salud pública de Filadelfia.

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San Francisco, cuyo departamento de salud recibió al menos 68 millones de dólares en fondos federales, presentó una demanda en enero solicitando quedar exenta de la orden ejecutiva de Trump, bajo el argumento de que la prohibición de financiamiento es inconstitucional. Un juez federal en la ciudad emitió una orden judicial preliminar el martes 25 de abril. El gobierno de Trump prometió que apelará.

Otros desafíos legales están pendientes en Richmond, California, las ciudades de Chelsea y Lawrence en Massachusetts, y Seattle. También hay interés en Portland, Oregón, y Nueva York. Su argumento legal: la directiva contra las ciudades santuario es excesivamente coercitiva.

Además, el fiscal general de Nueva York emitió una guía legal donde se argumenta que la administración de Trump carece de autoridad para detener las políticas de santuario. Eso ha alentado a algunos municipios a adoptar estrategias en desacuerdo con la postura federal, como no preguntar a la gente acerca de su estatus migratorio y no hacer cumplir órdenes civiles del ICE.

Uno de los programas en riesgo sería aquellos destinados a controlar la la epidemia de opioides.
Uno de los programas en riesgo sería aquellos destinados a controlar la la epidemia de opioides.
Imagen Mike Stewart/AP

La incertidumbre legal dificulta que los programas de salud planifiquen sobre la base de un escenario sin ayuda federal. Y, hasta entonces, alerta Benjamin, podrían tener que frenarse: "Si no estoy seguro de recibir o no una subvención y no estoy claro de que puedo contratar a la gente, no voy a gastar el dinero".

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A nivel local, eso importa, aclara Wen: "Estamos en la primera línea. Somos los que salvaguardamos la salud y el bienestar de nuestras ciudades todos los días. Hacer sufrir a nuestros residentes no es una opción".

Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorialmente independiente de la Kaiser Family Foundation.