¿Suena demasiado bonito para ser verdad? Dormir una hora más cada noche puede ayudarnos a reducir el peso, según un nuevo estudio.
Dormir más podría contribuir a reducir la ingesta de calorías (y también el peso corporal). La prometedora tesis de un nuevo estudio
Esto sí que es un excelente dos por uno: un nuevo estudio indica que dormir una hora más cada noche podría ser beneficioso también para perder peso, ya que al alargar el tiempo de descanso se reduce también la ingesta de calorías.

Ahora bien, empecemos aclarando que se trata de un estudio corto y con un reducido número de participantes (80), todos ellos jóvenes con sobrepeso. Sin embargo, no es la primera vez que se asocia el sueño con un peso asaludable. Y el estudio, además, resulta interesante por su sencillez, ya que los participantes estaban en un entorno real sin control de su dieta.
Publicado el lunes en la revista JAMA Internal Medicine, el artículo presenta dos descubrimientos: en primer lugar, los adultos jóvenes con sobrepeso que habitualmente dormían menos de 6.5 horas por noche fueron capaces de dormir una media de 1.2 horas más por noche tras una única sesión de asesoramiento personalizado sobre higiene del sueño.
En segundo lugar, el aumento de la duración del sueño sirvió para ayudar a controlar el apetito y reducir la ingesta calórica general de los participantes en una media de 270 calorías al día.
"La actual epidemia de obesidad se explica sobre todo por el aumento de la ingesta de calorías, más que por la falta de ejercicio", dijo Esra Tasali, directora del Centro del Sueño de la Universidad de Medicina de Chicago y codirectora del estudio en un comunicado.
Lo que sabíamos: dormir mal engorda
"A lo largo de los años, hemos demostrado que la restricción del sueño tiene un efecto sobre la regulación del apetito que conduce a un aumento de la ingesta de alimentos y, por lo tanto, pone en riesgo de aumento de peso con el tiempo", dijo Tasali.
"Más recientemente, la pregunta que todo el mundo se hacía era: "Bueno, si esto es lo que ocurre con la pérdida de sueño, ¿podemos prolongar el sueño y revertir algunos de estos resultados adversos?".
El nuevo estudio examina los efectos de la prolongación del sueño sobre la ingesta calórica en un entorno real, sin manipulación ni control de los hábitos alimentarios. Los participantes durmieron en sus propias camas, hicieron un seguimiento de su sueño con dispositivos portátiles y, por lo demás, siguieron su estilo de vida normal sin ninguna instrucción sobre la dieta o el ejercicio.
"La mayoría de los demás estudios sobre este tema en laboratorio son de corta duración, de un par de días, y la ingesta de alimentos se mide por la cantidad que los participantes consumen de una dieta ofrecida", dijo Tasali. "En nuestro estudio, sólo manipulamos el sueño, e hicimos que los participantes comieran lo que quisieran, sin registrar los alimentos ni nada para hacer un seguimiento de su nutrición por sí mismos".
Notas Relacionadas
Para hacer un seguimiento objetivo de la ingesta calórica de los participantes, los investigadores se basaron en el método del "agua doblemente etiquetada", una prueba basada en la orina que consiste en que una persona beba agua en la que los átomos de hidrógeno y oxígeno han sido sustituidos por isótopos estables menos comunes, pero de origen natural, que son fáciles de rastrear.
Perder 12 kilos en tres años
Los individuos que aumentaron la duración del sueño pudieron reducir su consumo de calorías en una media de 270 al día, lo que se traduciría en una pérdida de peso de unos 12 kg, o 26 libras, en tres años si los efectos se mantuvieran a largo plazo.
Uno de los aspectos más sorprendentes del estudio fue la sencillez de la intervención. " Tras una sola sesión de asesoramiento sobre el sueño, los participantes podían cambiar sus hábitos a la hora de dormir lo suficiente como para aumentar la duración del sueño", dijo Tasali.
"Simplemente asesoramos a cada individuo sobre una buena higiene del sueño, y discutimos sus propios entornos, proporcionando consejos personalizados sobre los cambios que podrían hacer para mejorar la duración de su sueño".
Para ocultar a los participantes la intervención sobre el sueño, los materiales de reclutamiento no mencionaban la intervención sobre el sueño, y esto permitió captar los verdaderos patrones de sueño.
Aunque el estudio no evaluó sistemáticamente los factores que podrían haber influido en el comportamiento del sueño, " limitar el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse apareció como una intervención clave", dijo Tasali.
Tras una única sesión de asesoramiento, los participantes aumentaron la duración media del sueño en más de una hora por noche. A pesar de que no se prescribió ningún otro cambio en el estilo de vida, la mayoría de los participantes redujeron en gran medida lo que comían, y algunos de ellos llegaron a ingerir hasta 500 calorías menos al día.
Los sujetos sólo participaron en el estudio durante un total de cuatro semanas, dos de las cuales sirvieron para recopilar información de referencia sobre el sueño y la ingesta de calorías, seguidas de dos semanas para controlar los efectos de la intervención sobre el sueño.
¿Por qué dormir mal engorda?
Además de estar de un humor de perros, o precisamente por ello, tras la noche en blanco gravitamos hacia las pizzas, pasteles o cualquier otro plato que no nos conviene .
“Los estudios del sueño prueban que tan solo dos o tres noches de mal sueño provocan cambios en las hormonas que promueven la obesidad, así como cambios en las hormonas que promueven la resistencia a la insulina”, dijo a Univisión Noticias Adrienne Youdim, profesora de medicina en la Universidad de California en Los Ángeles.
Cuando tenemos sueño, los llamados 'centros de recompensa' del cerebro parecen responder con mayor intensidad a las comidas que engordan. Por otro lado, también tomamos decisiones más impulsivas y menos racionales cuando estamos adormilados.
“Sabemos que las personas con el sueño limitado, como los trabajadores de turnos de noche, tienen mayores riesgos de padecer obesidad. El objetivo es un mínimo de siete horas de sueño, preferiblemente ocho”, indica la profesora.























